Honduras

Hermetismo en investigación de crimen de Bertha Cáceres

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04.03.2016

La Esperanza, Intibuca, Honduras
En completo hermetismo maneja el gobierno la investigación de la muerte de la coordinadora de la Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), Bertha Cáceres.

Mientras tanto, este viernes continuaba preso el dirigente de esa ONG, Aurelio Molina, mientras se investiga si tuvo participación en el asesinato.

Molina se encuentra detenido en la jefatura departamental de La Esperanza, en Intibucá, luego de ser arrestado la mañana de jueves, horas después de que Cáceres fuera asesinada en su casa en la colonia El Líbano, en esa jurisdicción.

En la misma instalación policial permanecen en calidad de testigo José Ismael Lemus Lemus, guardia de seguridad de la colonia El Líbano, y como testigo protegido el mexicano Gustavo Castro Soto.

De Aureliano Molina se conoce que es originario de la comunidad de San Francisco, en el departamento de Lempira.

Molina fue arrestado en 2014 junto a Bertha Cáceres por posesión ilegal de armas.

El gobierno dijo en un comunicado que, en efecto, había una persona detenida por ser sospechosa de cometer el crimen, sin dar a conocer su identidad.

No fue pasional
El hermano de la líder indígena, Gustavo Cáceres, criticó que la Policía Nacional pretende acusar a Aureliano Molina de haber cometido el asesinato de su pariente por asuntos pasionales.

“Es posible notar que pretenden acusarlo (a Aureliano Molina) de cometer un crimen pasional (...) además de fabricar evidencia para señalar a otros integrantes del Copinh como culpables o cómplices del crimen”, cuestionó.

Vil asesinato
Bertha Cáceres perdió la vida de manera violenta la madrugada del miércoles de tres disparos en diferentes partes del cuerpo.

Los verdugos llegaron a la 1:00 de la mañana del miércoles a esa colonia en un pick-up blanco y, al parecer, entraron sin violentar la puerta.

Se especula que Cáceres escuchó que alguien estaba adentro de su residencial, se levantó de su cama y, cuando se disponía a abrir la puerta de su cuarto, los criminales entraron a la habitación y le dispararon.

Los delincuentes luego dispararon contra la humanidad del mexicano -quien se encontraba en la casa porque según las versiones del Copinh, necesitaba señal de Internet-, pero él se tiró al suelo y se hizo el muerto.

El cuerpo sin vida de Bertha Cáceres fue trasladado en helicóptero a Tegucigalpa, donde se le practicó la autopsia y luego lo entregaron a sus familiares.

Cáceres ganó en 2015 el Premio Ambiental Goldman por la cruzada que dirigió para evitar que se construyera una represa hidroeléctrica en Agua Zarca, el río Gualcarque, en Santa Bárbara.

Hermetismo
Hasta Intibucá se desplazaron dos equipos de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) y de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) a realizar las pesquisas orientadas a establecer el móvil y hallar a los responsables del repudiable crimen.

A las oficinas del Ministerio Público en La Esperanza llegó la fiscal especial de las Etnias, Yanny del Cid, quien aseguró que no podía dar declaraciones ya que “el caso se encuentra bajo investigación”.

El mismo lenguaje se habla en las oficinas de las instituciones de investigación, que establecen que no se pueden dar detalles relacionados con el avance de las investigaciones sobre la muerte de Bertha Caceres porque no están autorizadas y porque pueden obstaculizar el proceso que se lleva a cabo.

Igual ocurre con el representante del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), Tomás Velasquez, quien aseguró que se han realizado algunas diligencias sobre el caso, “pero es a nivel central que se van a dar a conocer los informes correspondientes”.