La Dirección Ejecutiva de Ingresos (DEI) deberá dejar de funcionar a partir de la próxima semana de acuerdo con órdenes giradas por el presidente Juan Orlando Hernández.
La institución recaudadora de impuestos pasará a formar parte de la historia administrativa de Honduras.
Según Hernández el país ha crecido en sus índices de eficiencia en los últimos años y para ello se debe trabajar las 24 horas bajo un nuevo escenario de recaudación tributaria.
Al parecer el sindicato de la DEI no ha permitido el desarrollo de la institución ya que no quieren trabajar jornadas extraordinarias, lo que habría también orillado al cierre de la misma.
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El mandatario había adelantado desde inicios de 2016 la intensión del cierre de la DEI, para que esta se convierta en la nueva Agencia Recaudadora de Tributos de Honduras.
Al ser consultada sobre la medida presidencial, Mirian Estela Guzmán, directora de la institución, aseguró no estar al tanto de la determinación del presidente.
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'Reconozco que hay personal que no entiende aún que hay una nueva dinámica dentro de la administración tributaria, a quienes se les hacen audiencia de descargo constantemente', apuntó Guzmán.
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Según trascendió, Juan Orlando Hernández habría indicado que la DEI estará cerrada antes de semana santa, por lo que solo le quedarían horas de existencia.
La funcionaria se mostró sorprendida ante la noticia sobretodo porque en las últimas horas se reunió con el mandatario para seguir trabajando en el tema de la revisión de la base exenta de la Ley de Impuesto Sobre la Renta.
La anunciada reingeniería en la Dirección Ejecutiva de Ingresos en diciembre del 2015 ha generado escepticismo en algunos expertos y analistas conocedores de la DEI.
En abril de 2010 entró en vigor el decreto 17-2010, en donde se aprobaron una serie de artículos para fortalecer esa institución y una de las acciones más importantes fue otorgar el rango ministerial al director o directora.
De acuerdo con expertos, con el cierre de la DEI para crear una nueva institución no resuelve nada, ya que la politización de las instituciones, las malas administraciones y el personal contratado por recomendaciones políticas de turno han frenado las buenas intenciones de eficientar las oficinas públicas.
