Tegucigalpa, Honduras
Su pericia, su astucia, su coraje y su disciplina lo llevaron lejos. Logró ir al otro lado del mundo en representación de la patria, sin embargo, ahora la justicia lo tiene tras las rejas.
Se trata del mayor activo de las Fuerzas Armadas, Mariano Díaz Chávez, de 44 años, quien ha sido miembro de las Fuerzas Especiales del Ejército y, además, instructor de la Policía Militar del Orden Público (PMOP). Según el Ministerio Público, él tuvo una participación intelectual en el crimen de la lideresa ambientalista Berta Cáceres.
Destacado militar
EL HERALDO pudo constatar que el mayor señalado en el caso ha sido un destacado miembro del Ejército hondureño y un experto en paracaidismo que ha tenido participaciones internacionales de tipo militar en labores de paz.
El mayor fue designado para acudir a Irak y al Sahara en misiones oficiales. En Irak desempeñó labores de acompañamiento junto a las tropas estadounidenses que ejecutaron labores de paz en aquella nación durante los años 2003 y 2004.
Ahí desempeñó funciones de seguridad de convoy, patrullajes para reforzar la seguridad ciudadana, así como seguridad de instalaciones.
Mientras que en el Sahara tuvo una participación como observador de las Naciones Unidas. Sin embargo, realizó algunos patrullajes en áreas del desierto para evitar acciones hostiles entre las comunidades.
Para llevar a cabo cada una de estas misiones tuvo que aprobar una serie de exámenes psicológicos y físicos.
Mira aquí las fotos del mayor en sus labores militares
Ante la justicia
Al mayor Díaz Chávez un juez con jurisdicción nacional le dictó la noche del lunes detención judicial en la audiencia de declaración de imputado, por lo que fue remitido al Segundo Batallón Táctico, ubicado en el valle de Támara.
Al militar el Ministerio Público lo acusa de haber tenido una participación activa en la planificación del atentado criminal en contra de la lideresa ambientalista Berta Cáceres, asesinada el pasado 3 de marzo en su casa de habitación ubicada en La Esperanza, Intibucá.
Originalmente se consideró que el crimen de Cáceres tenía un tinte pasional, versión que siempre fue negada por su familia.
Sin embargo, las pesquisas que ha desarrollado la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) especifica que el crimen no fue por motivos personales sino por la actividad ambientalista que ella desarrollaba.