Tegucigalpa, Honduras
Lo analizó, lo reveló y ahora su hipótesis está a punto de ser comprobada en los juzgados de lo penal. Dijo que su muerte era un caso ambiental en el que habían militares involucrados.
Denis Castro Bobadilla, el experto en criminología y médico forense de profesión, indicó que las huellas tractoras encontradas en la escena del crimen de la ambientalista Bertha Cáceres comprobaban la participación de militares en el hecho.
Castro señaló que una de estas huellas fácilmente se identificaba en una fotografía de la puerta de la vivienda de Cáceres y que divulgó EL HERALDO.
Analizó que la escena daba a entender que ella conocía a la persona que posiblemente tocó su puerta, pero con la que existía una enemistad.
“Lo conocía, pero hubo forcejeo contra la persona, ella hizo una oposición para impedir el ingreso”, explicó.
Dijo que fue esta oposición la que obligó a la persona, que según su análisis tenía formación militar, a golpear la puerta con una patada.
“Había una huella tractora de las botas que produce la industria militar”, detalló.
Este análisis responde entonces al por qué el llavín de la casa de Bertha no mostraba alteración, ya que según Castro la ambientalista pudo haber intercambiado algunas palabras con uno de los involucrados.
Aseguró que en la escena pudieron haber participado cuatro personas que se conducían en dos vehículos, dos de los partícipes podrían haber servido solo de conductores.
Castro indicó, además, que la muerte de Bertha fue lenta, porque el proyectil que le quitó la vida le impactó en una parte del tórax, lo que le habría permitido caminar, reposar y hasta posiblemente hablar