El Corpus, Choluteca, Honduras
El día comenzaba lleno de alegría para Iris Amanda Rueda, de 34 años, ya que ayer su pequeño hijo cumplía 20 meses de feliz existencia.
Desde tempranas horas de la mañana, Rueda se levantó y comenzó a preparar los alimentos, ya que esperaba impacientemente la llegada de su esposo Miguel Ángel Zepeda Rodríguez, de 27 años, quien el lunes anterior había partido a la mina Cuculmeca.
La familia reside en el caserío de La Providencia, a unos 30 minutos de la mina, hasta donde se trasladaron un grupo de mineros que le llevaban la peor noticia que una esposa pudiera recibir.
“Me dijeron que Miguel estaba soterrado y yo no lo podía creer, por lo que con unas tías de él decidimos tomar camino y cuando llegamos aquí (a la mina) confirmamos que era cierto”, lamentó entre sollozos.
Con evidente nerviosismo, la joven recuerda que el lunes su esposo se despidió de su pequeño Jefri Zepeda dándoles un abrazo y “muchos picos”.
“Él es bien especial con el niño y en su familia le tienen mucho apreció porque siempre ha permanecido pendiente de ellos, especialmente de la abuela, con quien se crio desde chiquito”, recuerda.
La compañera de hogar de Zepeda pide a las autoridades locales y nacionales que procedan a cancelar la mina, aunque sea la única fuente de trabajo en la zona.
“No podemos seguir perdiendo vidas valiosas por seguir trabajando en esta mina. Cuántas personas no han muerto a causa de estos derrumbes y solo espero que no le pase lo mismo a Miguel”, declaró.
Eugdolia Muñoz, tía de Miguel Ángel, lamentó que su pariente se encuentre en esta situación solo por querer trabajar.
Con lágrimas en sus ojos, la señora pidió a las autoridades que busquen una solución al tema de la mina
“No podemos seguir sufriendo por estas cosas, necesitamos oportunidades de trabajo para nuestra gente”, declaró la entrevistada