Tegucigalpa, Honduras
El aumento en los costos de producción y, por ende, en los precios de productos y servicios para el consumidor serán inevitables, según representantes del sector empresarial del país.
Con el nuevo pliego tarifario, con aumentos de 6%, 11%, 25% y hasta 50%, los más de 1.6 millones de abonados pagarán 330 millones de lempiras mensuales y cerca de 4,000 millones al año a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE).
En ese sentido, la iniciativa privada ya inició la revisión de los ajustes que aplicarán a partir de este mes en sus costos de producción.
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“Las empresas ya están en eso, pero es bien difícil, pues ahora hay que calcular (el) factor de demanda de cada empresa”, explicó el presidente de la Asociación Nacional de Industriales (Andi), Daniel Aguilar.
No obstante, pese a que los cálculos están en proceso, Aguilar adelantó que “los incrementos a la energía siempre tienen efectos directos e impactantes en las industrias porque es uno de los tres principales componentes de los costos de producir”.
A su vez, “se convierte en un aumento automático de precios al consumidor”, añadió el industrial.
El denominado “tarifazo”, vigente desde el 1 de junio, es considerado uno de los más groseros que se ha aplicado a los abonados de la ENEE.
Esto en el sentido de que los hondureños, además de pagar por el incremento en su factura, también recibirán alzas en casi todos los productos de la canasta básica y demás artículos y servicios.
Este último efecto generará un aumento en la inflación, opina el economista Hugo Noé Pino, ya que se incrementaría de forma constante el costo de vida para los hogares hondureños.
Para este año, el Programa Monetario 2016-2017, el que preparó el Banco Central de Honduras (BCH), proyecta que el índice de inflación se duplicará respecto a 2015, cuando cerró en 2.4%, o sea que pasaría a 5%.
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La solución
El director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de Tegucigalpa (CCIT), Rafael Medina, cuestionó que las autoridades busquen la recuperación financiera de la ENEE vía tarifas y no reduciendo las pérdidas de 32% que registra la empresa.
Esta deficiencia se traduce en la fuga de unos 448 millones de dólares anuales.
Sobre el impacto para el consumidor, Medina dijo que “algunas empresas lo podrán absorber, otras lo trasladarán todo y otras alguna parte de los costos de la energía”.
Además reiteró que los sectores más afectados son las micro y pequeñas empresas, así como los clientes del sector residencial.
Los defensores de la canasta básica, por su lado, han calificado como despiadado el aumento al afirmar que es el sector con menos ingresos que paga las decisiones de las autoridades de la ENEE.
Para Adalid Irías, presidente de la Asociación para la Defensa de la Canasta Básica, el ajuste significará alrededor de 1,000 a 1,200 lempiras en recibo de energía y aumento a los precios de productos y servicios.
En definitiva, los diferentes sectores coinciden con las apreciaciones que emitió el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep).
Esto al decir “que el ajuste solo viene a sumarse a la ya elevada carga tributaria que enfrentan las empresas, elevarán sus costos de operación, afectará la confianza en la inversión y sus consecuentes efectos negativos para la estabilidad del empleo y su competitividad”. En diciembre próximo se revisará el pliego tarifario.