Tegucigalpa, Honduras
Terminar con el hacinamiento de los privados de libertad es una de las metas que se han propuesto las autoridades del Instituto Penitenciario.
Para ello se construyen cuatro nuevos centros de reclusión, que se encuentran en Ilama, Santa Bárbara; uno en La Sequia, Naco, Cortés; en Morocelí, El Paraíso y el que recientemente se terminó en El Porvenir, Francisco Morazán.
German Mcneil, delegado Nacional de Centros Penales, dijo a EL HERALDO que cada uno de estos centros penales va a tener una capacidad para 1,500 o 2,000 privados de libertad.
El funcionario detalló que en la actualidad, en los 25 centros penales, hay alrededor de 15,638 privados de libertad.
Considera que existe voluntad política para atender la problemática penitenciaria que se viene arrastrando desde hace varios años.
Además de la construcción de nuevos espacios para atender y evitar la aglomeración de los privados de libertad, se está profesionalizando a los policías penitenciarios a través de capacitaciones.
En las últimas semanas se contrataron a 89 nuevos agentes penitenciarios, los que han sido distribuidos en varios centros de reclusión.
También se está en proceso para contratar a 80 agentes más, por lo que están en el proceso de evaluación a través de las pruebas de confianza.
De acuerdo a datos del Comité Nacional de Prevención Contra la Tortura, Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes (Conaprev), en la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto en Támara, Francisco Morazán, existen 4,880 reos a pesar de que este centro solo tiene capacidad para 2,500 privados de libertad.
En el centro penal de San Pedro Sula la población es de 3,040 personas, mientras su capacidad solo es para 900, lo que significa un hacinamiento superior al 200 por ciento.