La violencia sigue afectando al territorio hondureño, provocando luto y dolor en diversas familias, pero con mayor énfasis en la ciudad de La Ceiba, donde solo en lo que va del mes de agosto se contabilizan al menos 15 homicidios, entre ellos una masacre.
La cabecera departamental de Atlántida se ha tornado un lugar en el que la muerte deambula por las calles y la sangre corre sin hacer excepciones de edad o género.
De la mayoría de los hechos violentos las víctimas eran jóvenes, quienes fueron atacados con armas de fuego para cegarles la vida, desconociendo los motivos así como los hechores de estos crímenes que por lo general quedan en la impunidad.
Ni la Secretaría de Seguridad a través del Sistema Estadístico Policial en Línea (Sepol), mucho menos el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) cuentan con cifras actualizadas sobre los asesinatos en el municipio conocido 'Ceibita La Bella', ahora opacado por la alta incidencia criminal.
Sin embargo, un reporte preliminar de esta plataforma destacó que al 11 de agosto el departamento de Atlántida ocupaba el 11 por ciento de homicidios a nivel nacional por debajo de Francisco Morazán y Cortés.
Mientras que que hasta el 31 de marzo del 2016, La Ceiba se situó en el tercer lugar de los municipios con mayor número de muertes violentas, es decir 65 casos, de acuerdo a registros del Sepol.
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Casos
La noche del pasado 5 de agosto se reportó un homicido múltiple en una barbería ubicada en la colonia La Pradera, donde perecieron Nelson Johnson, Wiilito -propietario del negocio y de la etnia garífuna-, incluyendo un cliente que solo fue identificado por el sobrenombre de Van Danme.
Ese mismo día, Juan Ramón Rodríguez López (45) y José Ramón Rodríguez (25), padre e hijo que laboraban como recolectores de basura fueron liquidados en la residencial El Naranjal, cuyos cadáveres quedaron a la orilla del bulevar.
Luego de 48 horas, una pareja fue acribillada cuando se transportaban en un vehículo tipo turismo por la zona este de La Ceiba, quienes fueron atacados a disparos por sujetos desconocidos que se conducían por la misma vía, matando al instante a Ingrid Yesenia Portillo Alvarado (26) y un hombre, cuyo nombre no fue determinado.
Entretanto, Glenda Nicole Aguilar Hernández (24) fue ultimada el 12 de agosto a pocos metros de residencial Marisol, quien estudiaba la carrera de Enfermería en el Centro Univeritario Regional del Litoral Atlántico (Curla) y mediante una publicación en Facebook presentía su muerte.
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La ola de violencia continuó días después cuando dentro de su vehículo fue asesinado Carlos Arriola en el barrio Potreritos, cuyos sicarios al momento de cometer el delito lo despojaron de una cadena de oro que portaba y posteriormente se fueron caminando de la escena del crimen.
De varios impactos de bala fue acribillado el muchacho Jade Murillo el 24 de agosto cuando se conducía al interior de su automóvil en la entrada a la colonia Sierra Pina, resultando herida una fémina que acompañaba al infortunado.
El pasado jueves perdió la vida de forma violenta Wilder Arony Gonzáles Valle (27), quien era propietario de la barbería Hacuna Matata situada en la colonia Pizatti y ante la masacre suscitada a inicios de este mes criticó al presidente de la República, Juan Orlando Hernández, pidiéndole que haga algo con la criminalidad en la que fue 'La Novia de Honduras' .
Finalmente, el quincuagenario Oscar Armando Rojas Burguero fue ejecutado a bordo de un taxi con número 1066 y placas AAL 0111 por otro pasajero que se bajó de la unidad de transporte urbano y sin mediar palabra le infirió varios balazos.
