Retazos de fina tela, hilos, una cinta métrica y tijera rodean su faena. Toma cada pieza con suma delicadeza para unirlas con la máquina de coser y en un santiamén parte de su creación está preparada para ir adquiriendo esa forma deseada que al final cubrirá un espacio de notable elegancia.
La concentración no pierde, su mirada se mantiene fija sin espacios para la imprecisión, maneja todo casi a la perfección en este oficio, bajo su peculiar talento, quien con una sola mano logra elaborar cortinas de ensueño que van desde las más pomposas hasta modestas piezas móviles.
Hace 16 años, Nora Gálvez no conoce los límites, tampoco se ha dado por vencida en esta labor que desempeña con gran pasión en el taller de Cortinas Finas ubicado en la colonia Cerro Grande, donde al lado de sus hermanas producen sus obras que no tienen nada que envidiarle a aquellas que se fabrican a gran escala.
Aunque en la calle y entre su círculo familiar es más conocida como Nora, el nombre con el que se registró a esta humilde y sencilla mujer en su partida de nacimiento es Dora, pero ella prefiere el primero que es como la llamaron originalmente sus padres que han sido su motivo de fortaleza y superación.
Gálvez es originaria de la aldea de Monte Redondo, departamento de Francisco Morazán. Nació sin su mano derecha por un defecto congénito y a lo largo de su vida ha sabido salir adelante, costeando sus estudios con el sudor de su frente sin que su discapacidad fuera un obstáculo o impedimento alguno.
Nunca me hizo falta
'Como nunca la he tenido -refiriéndose a su mano-, nunca me hizo falta, talvés en ciertas cosas, algo sencillo, pero por lo general todo lo puedo hacer', manifestó la fémina con una sonrisa en su rostro.
En la escuela María Auxiliadora hizo su plan básico, donde adquirió conocimientos de cocina, enfermería y repostería, luego se graduó de una academia de alta costura en Talanga y por medio de sus primeros trabajos se financió sus estudios de secundaria en el Instituto Central Vicente Cáceres (ICVC).
'Estudié en Talanga costura, después cuando me gradué fuí a trabajar un año a Villanueva; al principio empecé haciendo vestidos para niñas', relató.
Nora admitió que al dar sus pinitos como costurera fue difícil, pero con el tiempo ha adquirido práctica y ahora es toda una experta.
Al cabo de unos años, conoció a Antonieta Gale, la propietaria del taller en el que labora hoy en día y el lugar en el que se ha especializado haciendo cortinas por medio de catálogos.
A través del apoyo incondicional brindado por su patrona, esta mujer logró egresar como técnico en Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
Ahora el que no tiene una profesión no es nada, para todo se necesita tener una carrera' |
La costurera aseguró que todo lo que es y ha logrado ha sido con la ayuda del divino creador del universo porque ' es como que tenga las dos manos, aunque sé que no las tengo físicamente no me impide nada, solo para cargar cosas muy pesadas'.
Reconoció que le hubiera gustado estudiar medicina, pero al ser una carrera onerosa en cuanto su financiamiento no pudo formarse como tal, ya que prefirió hacerse cargo de los gastos de sus hermanos menores para que adquirieran su formación académica.
'Este trabajo no es fácil, pero Dios siempre le da a uno la sabiduría para hacer las cosas' dijo Gálvez.
Agregó que 'fue la puerta más accesible que encontré, porque hallar trabajo no es fácil, más a nosotros que hay gente que piensa que uno no tiene la capacidad'.
Pese a su condición, la especialista en cortinas mencionó que no ha sufrido discriminación, ni tampoco la han visto de menos como suele suceder en la sociedad hondureña.
Ella es el sostén de su familia, su padre tiene seis meses de haber muerto y sobre todo es una mujer honrada, me lleva la contabilidad, paga, lleva el control de todo', destacó doña Antonieta Gale respecto a Nora.Pedidos especiales
Gracias a Dios y lo logré son las palabras que exclama esta catracha cada vez que culmina una cortina, ya que en la mayoría de ocasiones son piezas complejas que son pedidas por reconocidas personalidades del entorno social.
Empero, no todo es trabajo para la zurcidora, quien aprovechó a contar una anécdota, rememorando que durante una ocasión se encontraba junto a Laura y Aurora, sus hermanas, una de ellas le pidió que tomara un instrumento con la mano del brazo derecho y hasta el final volvió a ser consciente de su condición física.
2224-0830Es el teléfono del taller Cortinas Finas si está interesado en mandar a hacer de estas piezas móviles decorativas. |
Cada día que transcurre en la vida de Nora Gálvez es un reto, pero en lugar de quejarse o afligirse, prefiere motivarse y demostrarle al mundo que indudablemente cuando se quiere, se puede lograr todo aquello que se proponga una persona, indistintamente de su sexo o condición socioeconómica.
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