Una joven brasileña vivió los peores minutos de su vida antes de morir de verdad.
Y es que el pasado 28 de enero, Rosangela Almeida dos Santo fue declarada muerta por los médicos luego que sufriera un shock séptico.
Con mucho dolor y consternación sus familiares realizaron su velorio y sepultaron su cadáver al día siguiente, sin imaginas lo que ocurriría 11 días después cuando vecinos del cementerio los llamaron angustiados.
Según el periódico O Globo, una mujer que vive cerca del camposanto escuchaba gritos y ruidos desde la tumba donde habían colocado el ataúd de la joven mujer.
'Cuando llegué justo en frente de la tumba, escuché golpes desde adentro. Pensé que los niños que jugaban en el cementerio me estaban gastando una broma. Luego escuché otros dos gemidos y finalmente la voz se calló', relató una vecina.
Inmediatamente se alertó a la familia de Almeida, pero ya era demasiado tarde. La mujer murió intentado escapar de su ataúd.
'Trató de abrir la tapa, incluso se notaba que había intentado clavar las uñas. Sus manos estaban heridas como si hubiera estado luchando por escapar', relató la madre de Rosangela al diario.
'Hasta los clavos del ataúd estaban flojos porque ella intentó quitar la tapa', señaló la acongojada mujer.
Se informó que la policía se encuentra investigando este extraño caso.
