LIMA, PERÚ.- El funeral de uno de los hombres más queridos de un remoto pueblo de los Andes peruanos se convirtió en una tragedia luego de que nueve asistentes murieran y decenas resultaran
intoxicados tras consumir una cena servida tras el entierro.
“Después del entierro de don Santos Cucho empezó todo”, dijo por teléfono a The Associated Press el martes Marisol Canales, pobladora de la localidad San José de Ushua quien asistió al velatorio pero no fue afectada. Las autoridades de salud no saben hasta el momento qué causó las muertes pero sospechan que los alimentos servidos podrían haber estado en descomposición o que algún insecticida podría haber estado almacenado junto con los ingredientes que se usaron para preparar la cena.
El señor Cucho, quien murió el sábado a los 65 años, era estimado en el poblado ubicado en los Andes del sureste peruano porque poseía la mayor cantidad de burros y caballos que por décadas ayudaron al transporte en la localidad rural, donde abundan pequeñas minas de cobre y caminos de herradura. “Era un caballero muy servicial, de un gran corazón”, dijo Canales, quien explicó que su muerte convocó incluso a habitantes de poblados cercanos que también sufrieron los efectos de la intoxicación.
Después de cenar sancochado de carne, sopas calientes y una bebida de maíz fermentado para contrarrestar el frío, los asistentes al funeral comenzaron a sentir dolores profundos en el abdomen. La primera fue una de las hijas del difunto llamada Hermelinda. “Todos pensamos que Hermelinda lloraba porque tenía una pena profunda por la muerte de su papá, pero después más comenzaron a quejarse”, dijo Canales. El único enfermero de la aldea que estaba presente en el funeral comenzó a brindar los primeros auxilios, pero pronto también sintió dolores abdominales.
Un candidato a la alcaldía de San José de Ushua, llamado Dennis Rubio, se ofreció a llevar a una decena de afectados en su camioneta. Media hora después, mientras manejaba entre los caminos rurales, se desmayó por los dolores que lo aquejaban. “Esta mañana Dennis y Hermelinda también murieron”, comentó Canales que recordó que antes de la medianoche del lunes ella se vio obligada a correr hasta una bocina cercana a la plaza principal del pueblo para alertar a sus vecinos. “El pueblo ha sufrido una intoxicación, se comunica que todos tienen que tomar leche con aceite”, recuerda que dijo varias veces.
Para entonces el pequeño pueblo de menos de mil habitantes había sufrido una conmoción por el suceso.
“Cuando llegué manejando la camioneta vi gente tirada en el piso retorciéndose de dolor, otros botando espuma por la boca”, dijo a AP Daniel Inca, el chofer del municipio del pueblo vecino de Marcabamba. Durante la madrugada Inca y otros funcionarios municipales de pueblos aledaños se dedicaron a transportar a los afectados a Pauza, la ciudad más grande ubicada a cuatro horas.
Al hospital de Pauza, el más importante de la zona sur de la región de Ayacucho, llegaron más de dos decenas de afectados y ocho en estado grave fueron llevados vía aérea a Lima. “Esta emergencia de salud muestra cómo las postas médicas ni siquiera pueden atender a personas con posibles problemas de intoxicación, ni siquiera para hacer un lavado gástrico”, dijo Maribel García, cuya hija y cuñado habían asistieron al funeral y se encuentran internados en el hospital de Pauza.
Jhon Tinco, director de Salud de la región de Ayacucho, dijo a la radio local RPP que se investiga si algún ingrediente con el que se elaboraron los alimentos estaba en descomposición. “Lo sabremos mucho más tarde”, dijo. Por su parte, la ministra de Salud Silvia Pessah dijo a la televisora estatal que los investigadores no descartan que algún tipo de insecticida pudiera haber estado cerca de la comida. 'Cuando tenemos intoxicaciones masivas, de cualquier tipo, va a rebalsar la capacidad del centro de salud', dijo.
“Después del entierro de don Santos Cucho empezó todo”, dijo por teléfono a The Associated Press el martes Marisol Canales, pobladora de la localidad San José de Ushua quien asistió al velatorio pero no fue afectada. Las autoridades de salud no saben hasta el momento qué causó las muertes pero sospechan que los alimentos servidos podrían haber estado en descomposición o que algún insecticida podría haber estado almacenado junto con los ingredientes que se usaron para preparar la cena.
El señor Cucho, quien murió el sábado a los 65 años, era estimado en el poblado ubicado en los Andes del sureste peruano porque poseía la mayor cantidad de burros y caballos que por décadas ayudaron al transporte en la localidad rural, donde abundan pequeñas minas de cobre y caminos de herradura. “Era un caballero muy servicial, de un gran corazón”, dijo Canales, quien explicó que su muerte convocó incluso a habitantes de poblados cercanos que también sufrieron los efectos de la intoxicación.
Después de cenar sancochado de carne, sopas calientes y una bebida de maíz fermentado para contrarrestar el frío, los asistentes al funeral comenzaron a sentir dolores profundos en el abdomen. La primera fue una de las hijas del difunto llamada Hermelinda. “Todos pensamos que Hermelinda lloraba porque tenía una pena profunda por la muerte de su papá, pero después más comenzaron a quejarse”, dijo Canales. El único enfermero de la aldea que estaba presente en el funeral comenzó a brindar los primeros auxilios, pero pronto también sintió dolores abdominales.
Un candidato a la alcaldía de San José de Ushua, llamado Dennis Rubio, se ofreció a llevar a una decena de afectados en su camioneta. Media hora después, mientras manejaba entre los caminos rurales, se desmayó por los dolores que lo aquejaban. “Esta mañana Dennis y Hermelinda también murieron”, comentó Canales que recordó que antes de la medianoche del lunes ella se vio obligada a correr hasta una bocina cercana a la plaza principal del pueblo para alertar a sus vecinos. “El pueblo ha sufrido una intoxicación, se comunica que todos tienen que tomar leche con aceite”, recuerda que dijo varias veces.
Para entonces el pequeño pueblo de menos de mil habitantes había sufrido una conmoción por el suceso.
“Cuando llegué manejando la camioneta vi gente tirada en el piso retorciéndose de dolor, otros botando espuma por la boca”, dijo a AP Daniel Inca, el chofer del municipio del pueblo vecino de Marcabamba. Durante la madrugada Inca y otros funcionarios municipales de pueblos aledaños se dedicaron a transportar a los afectados a Pauza, la ciudad más grande ubicada a cuatro horas.
Al hospital de Pauza, el más importante de la zona sur de la región de Ayacucho, llegaron más de dos decenas de afectados y ocho en estado grave fueron llevados vía aérea a Lima. “Esta emergencia de salud muestra cómo las postas médicas ni siquiera pueden atender a personas con posibles problemas de intoxicación, ni siquiera para hacer un lavado gástrico”, dijo Maribel García, cuya hija y cuñado habían asistieron al funeral y se encuentran internados en el hospital de Pauza.
Jhon Tinco, director de Salud de la región de Ayacucho, dijo a la radio local RPP que se investiga si algún ingrediente con el que se elaboraron los alimentos estaba en descomposición. “Lo sabremos mucho más tarde”, dijo. Por su parte, la ministra de Salud Silvia Pessah dijo a la televisora estatal que los investigadores no descartan que algún tipo de insecticida pudiera haber estado cerca de la comida. 'Cuando tenemos intoxicaciones masivas, de cualquier tipo, va a rebalsar la capacidad del centro de salud', dijo.