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Jerusalén, un milagro por metro cuadrado

Ciudad de fe La tumba del rey David, el monasterio donde se realizó la dormición de la Virgen María y el lugar donde se celebró la Última Cena forman parte del histórico recorrido

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21.04.2018

Jerusalén, Israel
La Ciudad Vieja de Jerusalén es una de las más antiguas ciudades habitadas en el mundo, rodeada de murallas que alcanzan una longitud de un kilómetro cuadrado y que fue construida en el siglo XVI.

La muralla de esta hermosa ciudad cuenta con ocho puertas que abren paso a la historia para permitir a sus viajeros el acceso también a mercados, tiendas, lugares santos y enclaves históricos: la Puerta de Jaffa, Puerta de los Leones, Puerta de Damasco, Puerta de la Torre de David, Puerta Dung, Puerta de Herodes, Puerta Nueva de Jerusalén y tal vez la más conocida, la Puerta Dorada, también denominada Puerta de la Misericordia o Puerta del Este, sellada durante varios siglos. Se dice que está a la espera de que sea abierta durante la venida del Mesías.

En el recorrido, EL HERALDO constató, luego de entrar por una de estas puertas, para ser exacto por la Puerta de Herodes -también conocida como la Puerta de las Flores por sus relieves de flores que adornan su fachada-, que Jerusalén cuenta con distintos barrios, entre ellos el barrio armenio, barrio cristiano, barrio judío, barrio musulmán y desde luego la Explanada de la Mezquita, un sector sagrado por los musulmanes y judíos, mejor conocido como el Monte del Templo, donde predominan luego de avanzar solo unos metros negocios con ventas de artículos religiosos, joyería, prendas de vestir, souvenirs y diversos productos alimenticios entre los que sobresalen especias y condimentos.

Entre los angostos pasillos con que cuenta la mayor parte de este sector de la ciudad encontramos una enriquecedora lista de lugares e historias que marcaron al mundo, como el Santo Viacrucis o Vía Dolorosa, lugar que diera vida al momento en que Jesús toma la cruz y recorre las calles de hoy en día del barrio cristiano, rumbo a la crucifixión.

Cabe destacar que en las calles se contabilizan únicamente nueve estaciones, ya que las cinco restantes están ubicadas dentro de la Iglesia del Santo Sepulcro.

Como parte de los principales monumentos dentro del barrio musulmán encontramos la Iglesia de la Condena, el Convento de la Flagelación y el arco o Basílica del Ecce Homo.

Siempre en el barrio musulmán, y cerca de la Puerta de los Leones, encontramos la iglesia de Santa Ana, ubicada en los alrededores de la piscina de Bethesda, donde, según la tradición bizantina, se encuentra el lugar donde estuvo la casa de Ana y Joaquín, padres de la Virgen María.

Como punto importante hay que tener en consideración que en un principio no había ninguna iglesia en Tierra Santa y la primera en construirse fue la Iglesia del Santo Sepulcro en el año 325, que fue destruida por los persas pero después reconstruida por los cruzados que provinieron de Europa con el propósito de liberar los lugares santos.

Luego de ingresar por un callejón repleto de negocios, nos encontramos con el barrio judío, el barrio más excavado desde el punto de vista arqueológico.

Y es que en 1967, al finalizar la guerra de los seis días, la ciudad iba a ser reunificada bajo administración israelí, por lo que para la década de los 70, los lugares importantes se mapearon para dar paso a la construcción del nuevo barrio. En el barrio judío tenemos de frente al solo ingresar a este sector El Cardo, la calle más importante en la época romana. Acá se puede observar que muchísimo tiempo atrás, lo que ahora es el barrio judío se encontraba en niveles más bajos, apreciando majestuosas columnas que un día albergaron tiendas y anchas aceras.

Metros más adelante nos recibe la Puerta de Sion o Puerta de David debido a que se cree que la tumba del rey David está en el Monte de Sion.

El rey David es considerado como un aclamado guerrero, poeta y músico, y una figura muy importante para el cristianismo, judaísmo e islam ya que se le atribuye la autoría del libro de los salmos. Es por ello que antes de ingresar a este histórico monumento, nos recibe una estatua erigida en su honor en la que se le aprecia tocando su instrumento favorito, el arpa.

Uno de los datos más curiosos al andar por lo que se presume es la tumba del rey David es que este edificio cuenta con doble historia, ya que allí mismo está el Cenáculo, lugar donde se llevó a cabo la Última Cena, siendo este lugar a lo largo del tiempo una iglesia, sinagoga y una mezquita.

La infraestructura alberga en su piso inferior la tumba del rey David, lugar que es concurrente y vigilado por los judíos ortodoxos, donde se les puede ver leyendo salmos y brindando cánticos encima de la tumba de David. Es sumamente prohibido capturar imágenes o grabar videos.

En la parte superior, una estrecha habitación nos espera con un espacio vacío en medio, dando a entender que allí se celebró la última cena que Jesús compartió con sus discípulos.

El Monte de Sion es uno de los lugares más enigmáticos de Jerusalén, ya que además permite visitar la Basílica de la Asunción o Dormición, lugar en el que, según la tradición, la Virgen María tuvo la dormición, en términos católicos, la glorificación del cuerpo de la virgen mediante la definitiva donación de la inmortalidad gloriosa sin pasar por la muerte.