Tegucigalpa, Honduras
Es fácil ver cómo influye el cine en la sociedad, en todos los aspectos de nuestra vida. No solo influye en las modas y costumbres, sino que en algunos casos podemos detectar una tónica ante determinado tipo de acontecimientos políticos o económicos. Tal vez esto nos señale otras posibilidades, al considerar que el cine no es únicamente un medio de entretenimiento, sino que podría llegar a ser también un modo de hacernos mejores personas.
“Somos como los actores de una obra. La voluntad divina nos ha asignado papeles en la vida sin consultarnos nada. Aunque no podemos controlar el papel que se nos asigna, nuestro afán debe ser interpretar el papel asignado tan bien como sea posible y abstenernos de quejarnos del mismo. Sea donde fuere y en cualquier circunstancia, ofrece una actuación impecable” (Epíteto, Manual de vida).
“La vida no es más que una sombra en marcha; un mal actor que se pavonea y se agita una hora en el escenario y después no vuelve a saberse de él: es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada “ (Shakespeare, Macbeth , Acto V, Escena V).
Es muy conocido el mito de la caverna de Platón. En este mito, los hombres encadenados aceptan como realidad las sombras que se les proyectan. Sin embargo, cuando un hombre se libera, ve la realidad e intenta avisar a los demás, estos prefieren la imagen de las sombras reflejadas.
Recordemos que, durante muchos años, desde 1895 hasta los años 50 del siglo XX, el cine era el gran medio de expresión, sin prácticamente competencia. El cine es seguramente el arte más influyente del siglo XX. Es fácil encontrar ejemplos que nos lo demuestran.
En 1942, Ana Frank escribía sus últimas anotaciones en el diario. Cuando la detuvieron, cogió la foto del actor Robert Stark, gran ídolo entre el público femenino de la época. ¿Por qué una niña que sabe que ha de morir se lleva una foto de alguien que no conoce?
En 1995, se estrena Fargo, famosa película de los hermanos Cohen en la que se oculta un maletín con dinero que queda sin descubrir en el pueblo que da título a la película. Pocos años más tarde, una chica japonesa cogió un avión y buscó durante tres días el maletín sin encontrarlo, cosa que no nos debe extrañar ya que la historia es inventada. ¿Cómo puede influenciar el cine tanto como para que alguien se comporte así?
Citaremos una serie de ejemplos que nos permiten darnos cuenta cómo realmente el cine nos influencia mucho más de lo que creemos.
A principios del siglo XX, las grandes productoras de cine proyectaban una imagen idealizada de las estrellas mostrando tan solo las virtudes y escondiendo sus defectos. La influencia del cine llegó a la moda.
La actriz Marlene Dietrich fue la primera mujer que llevó pantalones en una pantalla. Jean Harlow puso de moda las cejas depiladas.
Verónica Lake puso de moda el peinado que tapaba media cara, hasta el extremo de que tuvo que prohibirse para evitar los accidentes que se producían en las fábricas al enredarse los cabellos.
En una escena de Sucedió una Noche, Clark Gable aparece sin camiseta interior. La venta de camisetas bajó en picado.
El cine y el lenguaje
Es común encontrar la influencia del cine en el lenguaje popular. El nombre de la prenda de vestir conocida como rebeca proviene de la película de Alfred Hitchcock del mismo nombre, en la que uno de los personajes viste esa prenda. La palabra paparazzi proviene del nombre del periodista llamado Paparazzo que aparece en La Dolce Vita, de Federico Fellini. Y así podemos encontrar otros muchos casos.
El cine y la sociedad
En la segunda mitad del siglo XX ha tenido mucha influencia el ecologismo. Según algunos sociólogos, la película Bambi, de 1942, fue una especie de catalizador debido al efecto que tuvo en los niños de aquella época la muerte de la madre del protagonista.
El cine y la crisis
En tiempos de crisis, la industria del ocio crece ante la necesidad de evasión y, dentro de ella, el cine.
En los años 30, en el punto álgido de la Gran Depresión es cuando surgen los grandes géneros del cine: las películas de aventuras, los musicales, las películas de gánsteres, las comedias y, sobre todo, las películas de terror.
En las películas de terror los que sufren son los protagonistas. Entre 1930 y 1932 surgen los monstruos más famosos de la historia: Drácula, Frankenstein, el hombre lobo, el hombre invisible, la momia, King Kong, etc.
Todos estos monstruos provenían de lugares lejanos (Transilvania, Egipto, Inglaterra, etc.). Parece que el mensaje subyacente es que, a pesar de los problemas que hay en nuestra tierra, fuera aún lo están pasando mucho peor.
También el cine ayuda a transmitir mensajes positivos. Una de las películas de más éxito de la época fue Los tres Cerditos, de Walt Disney, que se proyectaba como un cortometraje entre largometrajes. La gente acudía especialmente para verla. El lobo no dejaba de ser una metáfora de la Gran Depresión, y los tres cerditos mostraban diferentes formas de encararla y vencerla.
El cine continúa reflejando las épocas de crisis. En 1970, coincidiendo con la crisis del petróleo, es popular el género de catástrofes: La Aventura del Poseidón ,Terremoto , El Coloso en Llamas, etc. Más recientemente, en 2007, coincidiendo con la crisis financiera provocada por la caída de LehmanBrothers, se produjo un repunte espectacular del cine de terror, con películas mucho más crudas que las antiguas.
El cine y la espiritualidad
También se plasma en el cine la necesidad de explicaciones trascendentes a nuestra vida.
Después de la enorme masacre de la Segunda Guerra Mundial, se producen películas que reflejan una vida eterna amable: El espíritu burlón, ¡Qué bello es vivir!, La mujer del obispo, etc.
Mucho más recientemente, tras el estreno de la película Ghost , se incrementó muchísimo el interés en experiencias supraterrenales.
Frank Capra, en los años 30, se convirtió en uno de los directores de más prestigio de Hollywood. En 1934 consiguió el Óscar con Sucedió una Noche. En la cima del éxito sufrió una depresión existencial que le duró meses.
Durante dicha crisis, recibió en su casa la visita de un desconocido. El hombre encendió la radio para sintonizar las arengas patrióticas de Adolf Hitler. El desconocido le hizo ver cómo se estaba influenciando a miles de personas y la gran responsabilidad que tenían los que hacían películas en convertir al público en mejores personas. Y se despidió. Capra nunca supo quién era.
Superada su crisis, Capra acabó realizando películas llenas de vitalidad y optimismo (Vive como quieras, ¡Qué bello es vivir!, Caballero sin Espada, El secreto deVivir ), que ayudaron a los estadunidenses a superar la Gran Depresión y que nos demuestran cómo el cine puede ayudar a mejorar al ser humano.