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Cine político y consciencia social en Latinoamérica

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17.06.2018

Andrea Testa y Francisco Márquez son los directores de la película “La larga noche de Francisco Sanctis”, galardonada como Mejor película en el Festival Internacional de Cine de Buenos Aires (Bafici) 2016.

Mantuvimos una amena conversación conjunta con el crítico de cine y amigo personal, Cédric Lépine, sobre el cine político y este filme en particular, aquí les comparto gustosamente algunos detalles de la plática:

Darwin Mendoza: El tema de la ética en el cine suele pensarse mayormente para los realizadores de documental, y ustedes lo son, sin embargo, es un punto clave al momento de hacer cine con conciencia social. Pueden hablarnos un poco de estos dos elementos, la ética y el compromiso social al momento de enfrentar la creación de esta obra de ficción.

Andrea Testa: Linda pregunta esa... En términos de ética, lo primero que se me viene a la cabeza es, al no haber vivido la época, las cosas que hemos pensado no juzgar. Hay un posicionamiento político y visto desde el hoy en nuestra película, ya que nuestro personaje termina tomando una decisión que para nosotros es la decisión que tenía que tomar. No queríamos juzgar a esa mayoría silenciosa, aquellos que no han hecho nada, pero sí poner en discusión el conflicto de cómo no hacer algo en medio del terror que se vivía en ese “terrorismo” de Estado. Nosotros no lo vivimos, pero sí podemos así hablar desde el hoy, para que no vuelva a suceder.

Francisco Márquez: Sí, y también está la cuestión de quienes tenemos la posibilidad de hacer cine. Hoy, los que tienen la posibilidad de hacer cine son o la pequeña burguesía o los sectores acomodados en general, hay excepciones; los sectores excluidos y marginados no tienen la posibilidad de contar sus historias. Nosotros hacemos un cine político porque creemos que la realidad hay que transformarla. Pero entendemos que el cine político es, antes que nada, un diálogo con el público, es una conversación y no se trata de discursos iluminados o dirigidos, nada de eso.

Cédric Lépine: En un tema muy personal, pero relacionándolo con el tema político, durante el proceso de la película ustedes fueron padres también. Este tema de la familia está muy presente en la película, el dilema moral de este personaje central le plantea una responsabilidad personal fuera de su familia, pero también debe pensar en su familia. Ahora mismo, para vosotros ¿qué significa ser padres? ¿Cómo encontrar el equilibrio con su propia familia y el compromiso político y social?

Francisco Márquez: La última vez que me hicieron esa pregunta me puse a llorar… ahora ya lo tengo más procesado…. Recuerdo una entrevista que le hicieron a la hija de Paco Urondo, un escritor argentino, que fue asesinado por los militares, en esos años, quedando ella bebita. En un documental dice ella que, muchas veces le preguntan si tiene algún tipo de planteamiento hacia su padre que murió, no la crió, y no la vio crecer… y… ella dice que no, porque la enseñanza más grande que le dio su padre y que hoy, toda su razón de vida tiene que ver con esa acción de su padre al dar la vida por transformar el mundo y transformar la realidad. Creo y pienso que esa es la manera de criar a mi hija, mostrándole un poco mis contradicciones, pero más que todo con las acciones.

Darwin Mendoza: Deliberadamente ustedes no anclan la película a un contexto tan específico, no siendo tan enfáticos en los datos de la época, por lo tanto, la película se vuelve universal y para mí se vuelve latinoamericana en general. Me gusta como la película habla de nuestro tiempo en Latinoamérica.

Cédric Lépine: E incluso en un terreno más amplio, sobre todo, ahora con la llegada de Donald Trump al poder, que no sabemos cómo será aún la “larga noche” en términos de política internacional.

Andrea Testa: En principio, la decisión de universalizar la película no fue tan consciente. La decisión que tomamos fue no explicitar mucho más la dictadura en Argentina, pues es un conflicto interno, donde la narrativa va a través de la subjetividad de los setenta. De hecho en la posproducción de sonido teníamos esa duda de si poner o no una radio que enfatizará esos acontecimientos. Por suerte persistimos en nuestro objetivo de confiar en el lenguaje cinematográfico y la mirada del espectador. Luego la película se ve en otras partes del mundo, y allí nos damos cuenta de esa universalidad, era un riesgo y un miedo que teníamos de si se iba a comprender o no el conflicto de ese terror, ese miedo que tiene el protagonista por arriesgar su vida.

Darwin Mendoza: Gracias por compartir con nosotros algunas de sus preocupaciones y estrategias cinematográficas para así seguir conversando y procurando un cine más efectivo en nuestros países latinoamericanos

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