Un total de 37 pandilleros recluidos en una cárcel de máxima seguridad en el noroeste de Honduras protestaron por el aislamiento al que los someten las autoridades, informó este miércoles un activista de derechos humanos.
'Los 37 presos hicieron un acto de protesta botando los alimentos en el piso del recinto donde los sacan una hora al día a recibir la claridad del sol, por el aislamiento al que los tienen sometidos, que les afecta psicológicamente', dijo a la AFP el presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH), Hugo Maldonado.
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El activista explicó que a raíz de las denuncias de que los reos están en malas condiciones, visitó desde el martes la prisión, bautizada por la prensa como El Pozo, donde pudo constar que las instalaciones no están terminadas aun.
Añadió que pudo comprobar que la prisión, la cual se ubica en el municipio de Ilama, en el departamento de San Bárbara, tiene las condiciones que establecen las Naciones Unidas pero que 'esas 37 personas están totalmente aisladas de lo que pasa en el mundo exterior y exigen que se les permita hacer una llamada telefónica a la semana para hablar con sus familiares, aunque la conversación sea grabada'.
También dijo que exigen que les permitan tener libros, ropa y sandalias, porque actualmente permanecen solo en ropa interior en un ambiente muy caluroso.
El pasado 21 de septiembre, el gobierno trasladó a esa cárcel a 37 miembros de pandillas considerados de alta peligrosidad desde la Penitenciaría Nacional (PN) de la capital.
Los reos fueron albergados en minúsculas celdas de dos por dos, en una situación de incomunicación que ha sido calificado por ellos como 'un infierno'.
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El presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, advirtió en un discurso en una ceremonia en el norte del país que estos reos 'desde las cárceles han venido ordenando asesinatos, masacres, extorsiones', por lo que fueron reubicados en el nuevo centro penitenciario.
'Yo no puedo ir a rogar a una de estas personas que coma si no quiere comer, pero que tienen comida disponible, la tienen', afirmó el mandatario en relación con la protesta que llevaron a cabo los reos botando alimentos.
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Aseguró que ha tenido información de que 'se viene una (ofensiva) de ataques contra Honduras por esta decisión' de llevar a los reos a cárceles de máxima seguridad, pero aseguró que la prisión fue construida 'acorde con los estándares internacionales que tiene Naciones Unidas'.
La prisión 'es como cualquier cárcel de máxima de seguridad de Estados Unidos o Europa, no puedo aceptar que venga otro país de afuera y nos diga 'no hagan eso'', sentenció el gobernante.
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