Tegucigalpa, Honduras
“Gusanito”, “Zarca”, “Chiquito” y “Hermosilla” son lo único que le queda a doña Elvia Rosa Torres, de 71 años de edad, una de las afectadas por el incendio que consumió ocho viviendas en el barrio El Bosque la tarde del jueves.
Sus acompañantes no son seres humanos, son cuatro perros que la septuagenaria adoptó desde hace algún tiempo y a quienes los considera como sus hijos.
En el momento del siniestro, doña Elvia Rosa se encontraba sola con sus cuatro mascotas a punto de ser consumida por las llamas y, según su relato, a pesar del calor que producía el fuego nunca se apartaron de ella.
“Ellos son mis hijos, son los únicos que me hacen compañía y son fieles conmigo”, expresó con nostalgia la anciana.
¡Viva de milagro!
De las viviendas de madera que fueron consumidas por el incendio, la de doña Elvia Rosa era la penúltima de la fila de casas. Las llamas estaban alcanzando las primeras tablas de la humilde morada cuando un ángel salvador llegó en auxilio de la mujer.
“Estaba dándole de comer a uno de mis perritos cuando una sobrina que vive en El Picachito llegó y me sacó a rastras”, recordó doña Elvia Rosa.
Su avanzada edad le ha imposibilitado tener un movimiento ágil y para desplazarse utiliza un bordón.
“Me sacaron chineada entre mi sobrina y otro muchacho que apareció por ahí, estoy viva de milagro papa”, recordó.
Llegó en 1998 a la capital
Doña Elvia Rosa Torres emigró en 1998 del municipio de Reitoca, al sur de Francisco Morazán, para buscar un futuro mejor en la capital.
Desde que llegó a la ciudad laboró en lugares de venta de golosinas como ayudante de cocina, sin embargo, con el paso de los años se le fue imposibilitando realizar esa labor. En sus años de juventud logró embarazarse en dos ocasiones, pero sus hijos no lograron sobrevivir ya que se murieron durante los embarazos.
Doña Elvia, así como las otras familias damnificadas, están a la espera de una ayuda para poder reconstruir sus viviendas