En medio de llanto, dolor y lágrimas recorriendo el rostro de sus familiares, fueron retirados los restos mortales este lunes de un joven que la noche del domingo fue abatido a disparos en la capital hondureña.
Salió de su casa con el fin de cumplir con su jornada laboral, pero facinerosos le quitaron la vida a pocas cuadras de haber dejado la tranquilidad de su hogar.
El ahora occiso fue identificado como Edgar Antonio Larios Berríos, de 25 años.
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El joven salió de su vivienda en la colonia Lomas del Norte con dirección al bulevar Morazán, donde quedaba su centro de trabajo, al que asistía casi siempre en horas de la noche.
Familiares comentaron que él salió a eso de las 9:15 de la noche y se despidió como lo hacía normalmente, todos en la casa sabían que iba para su trabajo.
Edgar Antonio se transportaba en su motocicleta, una KMF color negro y, según testigos oculares, el motociclista era perseguido por varios sujetos a bordo de un vehículo.
Las hipótesis indican que los delincuentes le daban seguimiento al joven con la intención de robarle la motocicleta, sin embargo, el muchacho en vez de detenerse aceleró la marcha.
Cuando transitaba a inmediaciones del puente a desnivel de la colonia Smith, sector de El Carrizal, los malvivientes dispararon en repetidas ocasiones provocando que este se estrellara.
Estudiaba y trabajaba
En la escena del crimen quedaron casquillos de arma tipo fusil y calibre 9 milímetros.
El fallecido laboraba en una empresa que realiza trabajos de telefonía celular y tenía alrededor de siete años en dicho empleo, según expresaron sus parientes.
Además manifestaron que asistía a clases durante el día a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), donde era pasante de la carrera de derecho.
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