Cientos de miembros de maras y pandillas de la Penitenciaría Nacional de Támara fueron trasladados la mañana de este martes a la nueva cárcel de mediana seguridad, conocida como 'La Tolva' o 'El Pozo II', ubicada en Morocelí, departamento de El Paraíso, al oriente de Honduras.
A las 10:00 AM se reportó el ingreso del primer contingente de militares con reclusos al nuevo centro carcelario, mientras que a las 11:00 AM hizo su entrada el segundo convoy.
#Honduras El segundo comando militar ingresa con reos a las instalaciones de #LaTolva pic.twitter.com/wqsbOYOTHh
— Diario El Heraldo (@diarioelheraldo) 16 de mayo de 2017
El equipo militar encargado del traslado restringió la cobertura de la prensa y bloqueó con retenes el acceso a la carretera que conduce al recinto carcelario.
Esta acción realizada a través de la 'Operación Arpía III' se produjo desde horas de la mañana, por lo que un alto contingente de la Policía Militar y del Orden Público (PMOP), así como de otros entes de seguridad nacional montaron sendos operativos por toda la carretera y dentro del recinto carcelario.
De acuerdo a las informaciones, más de 500 reclusos forman parte del grupo de trasladados a “La Tolva” o El “Pozo II”, sin embargo, el número todavía no ha sido confirmado por el presidente Juan Orlando Hernández o las autoridades del Instituto Nacional Penitenciarío (INP).
+Unos 65 criminales se han fugado en menos de 15 días de las cárceles de Honduras
Al parecer, esto sería una reacción del Gobierno de Hernández, debido al último escape de al menos 18 pandilleros que se fugaron de Támara el pasado jueves.
Según lo confirmó el mandatario Hernández a través de su cuenta de Twitter, en el traslado de los reclusos se utilizaron más de 3 mil efectivos, 245 vehículos terrestres y 5 aeronaves.
'La Tolva' es, ni más ni menos, el segundo Pozo para los reos de alta peligrosidad que desde los viejos centros penales han seguido ordenando homicidios, extorsiones y secuestros.
Máxima seguridad
Este presidio tiene 24 edificios diseñados para albergar las oficinas administrativas, habitaciones para los agentes penitenciarios y ocho módulos carcelarios: cuatro para reos de media seguridad y cuatro de mínima seguridad.
Para poder ingresar a los módulos carcelarios, las visitas y los mismo empleados deben de seguir un estricto protocolo de seguridad, que consiste en atravesar cinco aduanas de revisión y un par más de inspección manual en cuartos especiales.
Una vez dentro, los reos y sus familiares o amigos comienzan a ser vigilados por más de 400 cámaras de seguridad.
En una sala de monitoreo, especialistas siguen desde los monitores cada movimiento.
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