El hallazgo del cadáver de un estudiante del Instituto Central Vicente Cáceres este martes, a solo cuatro días del brutal asesinato de una niña del mismo colegio, genera alerta y repudio entre los hondureños.
Ambos jóvenes centralistas, cuyos cuerpos fueron abandonados en distintos sitios de la capital, fueron raptados y permanecieron varias horas desaparecidos.
Coincidentemente, tanto Olman Adalid Castillo (18) como Rebeca Abigail Torres (15), aparte de estudiar en el mismo colegio, tenían otra carecterística en común.
La menor Rebeca Abigail, encontrada sin vida la noche del viernes entre unos matorrales en un sector solitario del anillo periférico, residía en una colonia ubicada en la zona sur de la capital.
Sin embargo, el padre de Rebeca relató que una compañera de la menor le confesó que, cuando las raptaron, los delincuentes les preguntaron donde vivían. Al parecer -por los nervios- Rebeca respondió a los criminales que vivía en El Pedregal.
Este martes, tras el triste desenlace de Olman Adalid -quien fue hallado encostalado en un solar baldío de la colonia Nueva Esperanza-, se conoció que era residente en un sector de la colonia Divanna.
+Dos centralistas asesinados en menos de una semana
Las dos colonias capitalinas (El Pedregal y La Divanna) son consideradas como territorio dominado por miembros de la pandilla 18.
Los jóvenes además estudiaban en el Instituto Central Vicente Cáceres, ubicado también en un sector que presuntamente es territorio de la 18, según datos de cuerpos de inteligencia.
Aún se recuerda el crimen contra la menor centralista Soad Ham Bustillo, quien igualmente fue raptada y su cuerpo hallado en un saco cerca de la Nueva Esperanza, también bajo el control del Barrio 18.
Hasta esta noche las autoridades no han confirmado ni descartado si los pandilleros estarían detrás de estas muertes.
+Estas son las colonias acechadas por la pandilla 18
