La preocupación, incertidumbre y nervios obligaron a familiares a llevar a sus hijos hasta las aulas de clases en el Instituto Central Vicente Cáceres de la capital de Honduras.
“Yo paso de lavar y planchar, pero yo vengo porque estoy mal de los nervios desde que mataron esa niña (Rebeca Abigail Torres). Voy a hacer el sacrificio (de ir a dejar a su nieta). Ya son pocos días los que faltan” , relató la mujer en la entrada del instituto.
La señora contó a EL HERALDO, que ella es quien cuida de su nieta que está en noveno año y es la única persona que tiene, luego que su hija-mamá de la menor-mueriera atropellada.
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Asimismo, otra madre de familia, pidió a las autoridades brindar mayor vigilancia en el centro educativo para que no continúen pasando casos como los del joven Olman Adalid Castillo, a quien pandilleros secuestraron desde ese colegio para posteriormente asesinarlo.
“Yo siempre estoy pendiente de mi nieta. Yo me vengo a meter aquí casi todos los días, para que ella se convierta en una profesional”, relató la señora de 69 años, quien llegó a dejar a una niña hasta el centro educativo.
La primera víctima de la violencia fue la adolescente Rebeca Abigail Torres (15), quien fue bajada de un rapidito por desconocidos, quienes posteriormente la asesinaron y dejaron su cuerpo en un sector conocido como La Arenera, en las cercanías del anillo periférico.
Tras el hallazgo de Torres, las autoridades anunciaron la muerte de otro estudiante del Central, esta vez se trataba de Olman Adalid Castillo, quien fue asesinado, desnudado y metido en un saco que lanzaron en un solar baldío de la colonia Nueva Esperanza.
En consecuencia, elementos de la Policía Militar y del Orden Público (PMOP) llegaron desde tempranas horas de este jueves a brindar protección en las afueras del Instituto Central Vicente Cáceres.
+Militarizado amaneció el Instituto Central Vicente Cáceres de la capital de Honduras