Sin la presencia de su madre el pequeño Edgar Ariel Reyes -de seis años de edad- fue velado y será sepultado este miércoles por su demás familiares en un sector de C holoma, Cortés, departamento de la zona norte de Honduras.
Los familiares del pequeño se apersonaron hasta la morgue de la zona norte, para retirar el cuerpecito del menor, quien murió envenenado luego de comerse una baleada que su madre le dio junto a sus otros dos hermanos y su padre, quienes se encuentran graves en el Seguro Social.
Tras el hecho, elementos de la Dirección Policial de Investigación (DPI), llegaron hasta la humilde vivienda del bebé, para poner bajo arresto preventivo a la madre, por ser una de las principales sospechosas de la muerte de Ariel Reyes.
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Los vecinos de la zona pidieron a los organismos de los derechos humanos para que ayuden a liberar a Francisca Mabel García (24), madre de los pequeños, a quien las personas describieron como incapaz de cometer un acto criminal contra sus vástagos.
Por los momentos, los restos del menor son velados por sus demás parientes y vecinos, ya que su madre guarda prisión, mientras su padrastro y demás hermanos luchan por su vida en una cama del Instituto Hondureños de Seguridad Social (IHSS) de la ciudad industrial.
De acuerdo a las hechos recabados por las autoridades, Francisca Mabel García preparó unas baleadas a sus hijos y esposo la noche del lunes para que estos cenaran, sin embargo, minutos después todos comenzaron a sentir dolor en su estómago, al grado de ser llevados al IHSS.
En el transcurso de las horas, el ente sanitario dio el aviso que uno de los niños había perdido la vida producto de una intoxicación, mientras otros dos pequeños se encontraban en estado delicado, junto al padre de estos, quien también consumió las tortillas de harina.
Por este caso, los entes de investigación señalaron a la mamá de los menores, quien al día siguiente fue capturada entre la consternación y confusión del caso que aún mantiene asombrados a los vecinos de la colonia Godoy, sector López Arellano.
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