Tegucigalpa, Honduras
Por presunta complicidad investigan a la dueña de un hostal ubicado a la par del edificio donde funciona una agencia bancaria que intentó ser atracada por tres hombres el pasado fin de semana.
Las autoridades investigativas sospechan que la mujer contribuyó al intento de robo de la caja fuerte de la agencia bancaria.
Ella fue hallada por elementos policiales y militares amarrada de pies y manos mientras en una de las habitaciones los tres hombres cavaban un agujero para sacar por ahí la caja fuerte.
La mujer investigada fue identificada como Karen Marbella Amador Ochoa y era la encargada de rentar las habitaciones en la antigua casa, ubicada en el barrio Abajo de la capital frente al parque La Concordia.
Norma Moreno, portavoz de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA), mencionó que la detenida estaba enterada de los planes de los individuos.
Moreno agregó que, inicialmente, la fémina solo fue capturada para efectos de investigación, pero ya fue remitida a la Fiscalía.
El hecho
Según se conoció, los tres hombres llevaban varios días rompiendo de manera sigilosa la pared que da acceso al lugar donde se encontraba la caja fuerte del banco.
El sábado en horas de la mañana lograron visualizar su objetivo. Sin embargo, el ruido al intentar abrir la caja fuerte despertó a los guardias de seguridad del supermercado donde funciona la agencia bancaria.
Los celadores inmediatamente dieron parte a las autoridades por lo que minutos después llegaron al lugar elementos de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) y de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) quienes los encontraron de forma in fraganti.
Encontraron a los individuos rodeados de herramientas y con la caja fuerte. Igualmente, descubrieron a la mujer amarrada a una silla con cinta aislante. También estaba atada de boca, pies y manos.
Los imputados fueron identificados como: Mario Enrique Ramos, Edwin Zambrano y Olvin Alvarado, quienes están en poder de la Fiscalía. Según las investigaciones, los sujetos también operaban en otras ciudades del país.
Los detenidos reclutaban personas que vivían o trabajaban en negocios ubicados cerca a los lugares que pretendían robar. Esa misma acción la realizaron en Danlí, El Paraíso, y en la ciudad de Choluteca. “También se dedicaban al seguimiento de personas que iban a retirar fuertes sumas de dinero de bancos para interceptarlos y después asaltarlos”, explicó Moreno.
De ser hallados culpables, cada uno podría enfrentar una pena de seis a nueve años de prisión.