Tegucigalpa, Honduras
Intentó cambiar el rumbo de su vida, pero el pasado no se lo permitió.
A la orilla de la calle, en el kilómetro 17 de la carretera que conduce desde Tegucigalpa a Olancho, fue encontrado el cuerpo sin vida de Fredy Javier Flores (33).
Según el relato de sus familiares, el muchacho hace dos meses había decidido abandonar la pandilla a la que pertenecía, pero sus integrantes no lo perdonaron.
Muerte a puñaladas
Luego de varios años de pertenecer a un grupo delictivo de la capital, Fredy Javier Flores (33) decidió poner un alto y retirarse del mal camino.
La noticia se las participó a sus familiares, bajo el argumento de que deseaba ser una mejor persona. Consciente del riesgo que corría por abandonar la mara, Flores permanecía en el anonimato, escondido y con temor de que en algún momento sus excompañeros lo ubicaran.
Sus miedos tomaron vida cuando la noche del viernes el muchacho fue interceptado en un punto de la capital, para ser llevado con rumbo desconocido.
En horas de la mañana, y luego de esperarlo toda la noche, sus familiares recibieron la noticia que un joven de cabello largo y diversos tatuajes había sido encontrado asesinado en el kilómetro 17 de la carretera a Olancho. Al llegar al lugar confirmaron que se trataba de su pariente.
