Tegucigalpa, Honduras
Olores nauseabundos, basura acumulada, vestigios de un inmueble en total abandono y una perceptible mala vibra retratan el escenario macabro en el que murió Gloria Liceth Izaguirre Torres.
Inmersa entre árboles de pino y roble, en la aldea Corralitos, jurisdicción del Distrito Central, está ubicada la vivienda, de un aspecto tenebroso, en el que la tarde del sábado fue hallado el cuerpo de la fémina, raptada ese mismo día, a eso de las 6:30 de la mañana.
EL HERALDO se trasladó hasta aquel misterioso y macabro lugar y conversó con algunos pobladores. Uno de ellos relató que “como a las 7:45 de la mañana vimos pasar dos carros que iban a toda velocidad para abajo”.
La mujer, a quien por razones de seguridad se le omite su nombre, contó que “desde que pasaron esos carros no se volvió a escuchar nada de bulla cerca de esa casa, parecía como que si nada hubiera pasado”.
Ritos satánicos
El HERALDO ingresó a la vivienda y de acuerdo a los grafitis grabados en las vetustas paredes, se observa que hubo actividades que podrían relacionarse con hechos rituales que allí pudieron haberse realizado desde hace algún tiempo.
Don Juan Gómez, nativo del lugar desde hace 73 años, narró que “esa casa era un lugar donde vivían sacerdotes y monjas, pero le estoy contando que fue hace mucho tiempo, yo era un cipote”, expresó.
“Los domingos mi mamá iba a misa a La Providencia, así le decían antes a ese lugar, todos los domingos hacían misa”, recordó don Juan, quien asegura que el sitio fue abandonado por los sacerdotes y las monjas hace más de 40 años y nadie más lo volvió a habitar.
Al consultarle a una fuente de la Iglesia Católica sobre este sitio, manifestó que en el lugar nunca existió tal refugio de presbíteros ni de monjas.
La vivienda actualmente es propiedad del Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (Inprema).
Evidencias están en la casa
En muchas de las paredes construidas con adobes se puede observar grafitis similares a los utilizados por las barras de los equipos Motagua y Olimpia.
Las leyendas “Ultra Fiel”, usada por el Olimpia, y “JAH”, por los aficionados motagüenses, están pintadas en letras grandes en varias de las habitaciones.
En el piso del cuarto donde ocurrió lo que se cree fue parte de un rito satánico todavía están las mantas negras con las que taparon las ventanas del cuarto en el que estaba el cuerpo de Gloria Liceth.
Asimismo, cinco candelas dentro de envases de vidrio que fueron usadas para hacer una especie de círculo sobre una manta color negro, donde quedó el cuerpo.
Los vecinos de la zona reaccionaron ayer con sorpresa, asombro y hasta espanto ante lo ocurrido, aseguran que conocen la historia de la casa y que les da temor que estén ocurriendo esas cosas