TEGUCIGALPA, HONDURAS
Eran casi las 7:30 de la noche del lunes 16 de abril, terminaba el primer período de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), cuando una joven que cursaba su segunda carrera fue atropellada por una imprudente enfermera.
Nancy Aguilar acababa de salir de una exposición de una de sus clases de Derecho, esperaba en la fila, junto a una compañera, su turno para subirse al bus que la llevaría de vuelta a casa.
De repente, una camioneta se subió a la acera e impactó en la espalda de Tachi, como cariñosamente le llamaban sus amigos.
La joven quedó en medio del carro y el bus, lo que le provocó daños en la columna, costillas, páncreas, hígado, corazón, rostro y su cabeza.
Aguilar fue trasladada gravemente herida al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), donde murió el pasado 13 de mayo tras una dura batalla de 27 días.
La graduada de Química y Farmacia y pasante de la carrera de Derecho en la UNAH era madre soltera.
Eran casi las 7:30 de la noche del lunes 16 de abril, terminaba el primer período de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), cuando una joven que cursaba su segunda carrera fue atropellada por una imprudente enfermera.
Nancy Aguilar acababa de salir de una exposición de una de sus clases de Derecho, esperaba en la fila, junto a una compañera, su turno para subirse al bus que la llevaría de vuelta a casa.
De repente, una camioneta se subió a la acera e impactó en la espalda de Tachi, como cariñosamente le llamaban sus amigos.
La joven quedó en medio del carro y el bus, lo que le provocó daños en la columna, costillas, páncreas, hígado, corazón, rostro y su cabeza.
Aguilar fue trasladada gravemente herida al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), donde murió el pasado 13 de mayo tras una dura batalla de 27 días.
La graduada de Química y Farmacia y pasante de la carrera de Derecho en la UNAH era madre soltera.