Un verdadero acto criminal, que debe ser sancionado con severidad por las autoridades hondureñas, quedó filmado en los teléfonos celulares de un grupo de desalmados jóvenes.
Se trata de un video de un minutos 54 segundos, en el que se observa a una docena de jóvenes amarrando morteros en el cuerpo de perrito.
Mientras unos amarraban los explosivos con cuerdas, otros filmaban con sus celulares y otros se reían a carcajadas y motivaban la acción criminal.
En el video también puede observarse cómo algunos jóvenes jornaleros portan sus machetes y otras herramientas de trabajo.
Estos muchachos acompañan a otros con apariencia de ser jóvenes de ciudad o de familias acaudaladas.
Las imágenes fueron subidas por uno de los jóvenes que participó en la acción.
Según lo publicado en las redes sociales, el hecho se habría cometido en un potrero de la comunidad de El Negrito, departamento de Yoro.
Son las autoridades de la Policía Nacional y de la Fiscalía General las llamadas a investigar si en efecto el video fue filmado en esa comunidad o en otro sitio de Honduras.
Además, deberá dilucidarse qué tipo de delito cometieron estos jóvenes, cuyas edades no han podido ser precisadas.
Este condenable acto de maltrato animal debe ser castigado con severidad, con el fin de sentar un precedente.
La información preliminar indica que se habría filmado en el mes de diciembre, pero no había sido subido en las redes sociales hasta esta semana.
Las fuertes imágenes, que pueden ser vistas en www.elheraldo.hn, muestran que la víctima fue un perrito de unos seis años en avanzado estado de desnutrición y enfermo de la piel.
En el video, los desalmados jóvenes atan dos enormes morteros, uno en cada costado, encienden la mecha y salen en veloz carrera.
Sin embargo, regresan cuando se percatan que la mecha estaba cortada y deben volver a encenderla.
El perro, aunque no estaba sujetado por nadie, no se movió ni corrió con la carga explosiva sobre su cuerpo.
Al final del video se escucha la fulminante detonación y se observa una nube de humo y miles de papeles volando.
Del cuerpo del perro ya no logra verse absolutamente nada.
Tras la explosión, solo se escuchan carcajadas de jóvenes que celebran y se jactan del acto inhumano.
En las redes sociales la sociedad ha demandado que los jóvenes sean identificados y que sean castigados con todo el peso de la ley, ya que es un acto criminal.