Alegre, carismática, jovial y con muchos sueños, así describen los amigos de Ángela Marina Lobo o “Yeli”, como era conocida por las personas más cercanas a ella, asesinada el lunes en la capital de Honduras.
Las esperanzas de convertirse en una destacada y respetable arquitecta en Honduras quedaron nada más en la mente y corazones de los padres de 'Yeli', quienes con sacrificio y amor apoyaron a su hija durante su carrera universitaria.
Amaba la vida, la arquitectura, el diseño y hacer ejercicio. Al menos así lo demuestran las fotografías publicadas en su cuenta de Instagram.
Era una excelente estudiante. Cuando después de realizar su práctica profesional obtuvo un trabajo, labor que logró disfrutar por unos pocos meses antes de que un desalmado la matara a sangre fría.
Ahora su ausencia deja un enorme vacío no solo en su hogar, también en trabajo y entre sus compañeros de universidad quienes tenían la ilusión de graduarse juntos después de compartir tantos años.
Yeli no pensaba quedarse ahí, la joven ya hablaba de su futuro, sobretodo de una maestría, a la que deseaba ingresar para darles otro logro a sus padres.
Las muestras de cariño, amor y dolor por la muerte de un ser tan especial y simpático, como la describen sus amigos, ha calado no solo en su familia que este martes enterraron a la bella Ángela sino en una pueblo entero que hoy más que nunca piden que el caso no quede impune.
La muerte de Yeli se suma a los 160 universitarios asesinados que se contabilizan hasta junio de este 2016, según reporta el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).