Tegucigalpa
A diario y durante varias horas, Héctor López, de 22 años, profesional de la ingeniería eléctrica, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), se dedica a realizar actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático.
López, junto a unas 90 personas, el 80 por ciento de ellas capitalinas, participa como investigador en el Instituto Hondureño de Ciencia, Tecnología e Innovación (Ihcieti), ente dependiente de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacit). En las oficinas de Ihcieti se reciben cada año un promedio de 200 propuestas para aplicar a becas de investigación.
“Como institución apoyamos las investigaciones técnicas, porque son las que ofrecen una solución a los problemas de la población, este año estamos incentivando que los investigadores presenten proyectos relacionados con la generación de energía eléctrica”, informó Gerardo Flores, de la unidad de proyectos de este instituto de ciencia.
Esta convocatoria se realizará a finales de febrero próximo y se espera duplicar la cantidad de propuestas recibidas durante el 2016.
A la fecha, el Distrito Central concentra la mayor cantidad de espacios adecuados para realizar procesos científicos. Por ejemplo, el Centro de Investigación ubicado en la colonia Rubén Darío, de Tegucigalpa, espacio destinado a la invención y búsqueda de hallazgos científicos, en el que en la actualidad se pretende habilitar recorridos para los estudiantes.
En este espacio un grupo de jóvenes replicó una impresora en tercera dimensión (3D), valorada en 90 mil lempiras en el mercado. La inversión de los jóvenes fue de apenas la tercera parte del costo que posee este tipo de aparatos en las tiendas nacionales.
Asimismo en este local se formula la manera en que la realidad virtual logre enlazarse con la educación primaria. Pues a través de esta tecnología se busca que los estudiantes aprendan la información de los textos de manera efectiva e innovadora, explicó el especialista.
 |
Otros proyectos
“Nos enfocamos en que los proyectos de investigación aplicada se encaminen a la electrónica, ambiente y tecnología de la información”, detalló Flores. A esta lista de prioridades para la ejecución de investigaciones se suman los relacionados con la construcción y la biotecnología.
En el caso de la salud, en los últimos meses se ha trabajado en la construcción y validación de un sistema de puntuación para calificación del nivel de riesgo de dengue, según el área donde resida la población de Tegucigalpa.
En la línea de la salud además se pretende producir un rodenticida natural a partir del extracto de árbol de madreado para controlar a los roedores.
Y si de tapar baches a bajo costo se trata, se desarrolló un estudio del chitosano, que es un aglomerante (material capaz de unir fragmentos) que se puede obtener de llantas o plástico molido, una opción a través de la cual se busca fomentar el ahorro.
El año pasado en la capital se desarrolló el primer concurso denominado Drone Challenge, Honduras; este ha sido único en su categoría a nivel de Centroamérica. En la contienda, además de competir en el manejo de drones, también se capacitó a los participantes para armarlos y repararlos.
Para este año se pretende repetir la experiencia, pero con el agregado de que se incluirá la instrucción de la robótica. “Estamos diseñando un drone con capacidad para levantar unas 150 libras y armar robots”, expresó Flores.
Investigadores y Academia
Según el último directorio de universidades presentado por la Senacit, en 2014 en el país residen unos 625 investigadores. De este total más del 50 por ciento se encuentran en la ciudad capital.
Una de las personas dedicada a la actividad orientada a la obtención de nuevos conocimientos es Dora Díaz, jefa de la Unidad de Investigación Científica de la carrera de Pedagogía de la UNAH.
 |
Díaz en la actualidad se ha dedicado a indagar sobre los estilos de crianza y cómo influyen en el ámbito educativo del estudiante.
“Como investigadores necesitamos centros de información que nutran los datos actualizados, por ejemplo los observatorios; las autoridades universitarias planean instalar un observatorio de la educación para generar información en esta área”, detalló Díaz.
Por su parte, Ricardo Morales, director del Instituto de Investigación y Evaluación Educativas y Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, comentó que durante 2016 se realizaron unas 30 investigaciones por docentes.
La línea de estudio es la de formación y las políticas docentes, las políticas educativas, la didáctica y la gestión de la educación.
“Mantenemos investigaciones en conjunto con universidades e instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo”, detalló el especialista en investigación
