La Semana Santa se vuelve un acontecimiento en que la feligresía capitalina se da la oportunidad de participar en los eventos religiosos.
Para impregnar del verdadero sentido a estas fechas solemnes, las procesiones se vuelven una tradición.
Unas 25 imágenes religiosas son las que participan en los solemnes recorridos por las principales calles y avenidas del centro histórico. Desde el Cristo del Triunfo, el Señor Resucitado, el Cristo Yaciente, San Pedro, San Juan y José de Arimatea hasta la Verónica tienen un lugar especial en la feligresía.
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El Viernes Santo se reviste de sobriedad, de recogimiento espiritual, dos imágenes religiosas se han vuelto las más esperadas, motivadas por la devoción.
Una es la del Nazareno y la otra de la Virgen Dolorosa, ambas pertenecen a la Catedral San Miguel Arcángel.
Jesús Nazareno es el protagonista del vía crucis el Viernes Santo.
Es una escultura fue hecha en 1926 por el artista hondureño Salvador Posadas.
“Interminables filas se forman cuando Jesús Nazareno se coloca en el altar que evoca el huerto de Getsemaní”, declaró Odaír Obermayer, fiscal de la sociedad Jesús Nazareno.
María Dolorosa es otra imagen que mueve a la devoción con sus lágrimas de serena melancolía que mojan su rostro y vestida de riguroso luto.
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La imagen es una obra que se le atribuye a Vicente Gálvez y que tiene más de 200 años de veneración.
En ocasión del segundo domingo de cuaresma, se realizará en la catedral la velación de ambas imágenes y se contará su historia.