Tegucigalpa, Honduras
Un fin de semana sangriento vivieron los capitalinos: solo el sábado se registraron 18 asesinatos de ciudadanos en diferentes hechos delictivos, incluida una masacre en la colonia 1 de Diciembre.
Los hechos violentos que enlutaron de nueva cuenta a la familia capitalina son el reflejo de la inseguridad que mantiene en estado de indefensión a los ciudadanos.
Empero, existen sectores del Distrito Central donde la violencia se ha apoderado de las calles y son calificados como los más peligrosos.
Según el registro de homicidios suscitados el año anterior, las autoridades del Observatorio de Violencia de la Universidad Nacional Autónomo de Honduras (UNAH) establecieron un listado de los 10 barrios y colonias más violentos.
Las colonias que figuran en esta lista negra son: El Carrizal, Flor número uno, Villa Unión, Torocagua, Monseñor Fiallos, Kennedy, La Sosa, Hato de Enmedio y Divanna. El único barrio en el listado es El Centro.
Estas comunidades están sumergidas entre homicidios, ya que en conjunto acumularon 154 muertes violentas que representan el 17 por ciento de todos los asesinatos que se suscitaron durante todo el 2015 en el Distrito Central, que fueron en total 873.
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Migdonia Ayestas, coordinadora del Observatorio, afirmó que cada una de las muertes atribuidas a las colonias se desarrollaron en la zona y no se incluyeron casos en los que solo fueron a dejar cadáveres de personas.
“Son muertes que se produjeron ahí, no que los fueron a tirar”, enfatizó.
Las razones
Más allá del número de decesos, las autoridades deben establecer las causas y las características sociales y económicas de estos sectores para fijar planes de reducción de la violencia.
Para el caso, en la colonia El Carrizal, que lidera la lista con 34 homicidios, el territorio está dividido entre la MS-13 y la 18, aseguró Erwin Ríos, jefe de la Unidad Metropolitana 2 (Umep), que está a cargo de brindar seguridad a este sector.
Ríos afirmó que estas peleas de territorio son los detonantes de la violencia y ejemplificó que en colonias como la Villa Franca y Villa Cristina, que solo son divididas por una calle, los habitantes no pueden relacionarse entre sí porque las maras 18 y MS “gobiernan” y no les permiten interacciones.
El subcomisionado reveló que otra de las características de estos sectores es que son de difícil acceso.
Sin embargo, hay sectores como el barrio El Centro, de Comayagüela, donde fueron asesinados 22 capitalinos, que no tienen este patrón.
Otro pequeño corredor de la muerte lo conforman las colonias Villa Unión, Torocagua y la Monseñor Fiallos, que en conjunto acumularon 38 fallecidos. Estas comunidades se conectan por medio del bulevar del Norte, donde suceden la mayoría de los asesinatos.
Pese a esta escandalosa cifra de muertes violentas, hay ciudadanos como don Marcos Aguilera, vecino de la colonia Torocagua, que no dimensionan el peligro que afrontan.
“La colonia es tranquila, los muertos casi siempre son en el bulevar, son personas de otros sectores, creo que la mala fama está mal asignada”, argumentó el poblador.
Mientras tanto, en la Flor número uno, donde hubo 16 asesinatos y ocupa la tercera posición del listado, la inseguridad es latente en las calles ya que en cada esquina hay “banderas” -vigías de las maras- que reportan el ingreso de extraños al lugar, afirman los residentes.
Violencia en auge
Leonel Sauceda, portavoz de la Policía Nacional, reveló que este año en los barrios y colonias del Distrito Central se reportaron 141 asesinatos.
Los homicidios se dividen en 122 decesos de hombres y 19 de mujeres, por lo que la ciudad continúa bajo la sombra de la inseguridad.
La Policía analiza datos como la edad de los fallecidos, de los cuales 15 eran adolescentes y 126 fueron adultos. Y el tipo de arma, que en la mayoría de los casos es la de fuego, para establecer un patrón y perfil de los hechos. Sin embargo, las investigaciones no avanzan.
A medida que transcurre el tiempo se suman nuevas colonias a la lista de violentas pues en muchas de las zonas denominadas como “calientes” se ha reducido la cantidad de asesinatos debido a la intervención de la Policía y las Fuerzas Armadas.
Para el caso, se puede decir que en lo que va del 2016 la colonia Hato de Enmedio es la más violenta con la muerte de nueve personas en dos masacres. Actualmente, toda la población del Hato está resguardada por cuerpos de seguridad.
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Le siguen las colonias Ulloa, Sagastume, Villa Olímpica, Cerro Grande, El Hatillo, Los Pinos y ahora la 1 de Diciembre con la masacre que se suscitó este fin de semana.
Sauceda, afirmó que los cuerpos de seguridad trabajan en los sectores detectados como violentos, por lo que aseguró que la ciudadanía debe confiar en que su trabajo dará resultados.
Pero esa confianza se disipa cuando organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un reciente estudio establece que en el Distrito Central existe un policía por cada 2,238 habitantes, cuando el mínimo recomendable es de uno por cada 400 personas, por lo que la lucha es desigual.
Y existen otros temas relacionados con la seguridad ciudadana como la violencia contra mujeres y niños en los que el municipio tiene los mayores índices después de San Pedro Sula y La Ceiba.