Tierra Adentro

Una caminata por Ruinas de Copán en Honduras y una mirada a Copán Imperial

Si en verdad algo tiene de especial las Ruinas de Copán, es el hecho de poder sentir su vuelo imperial

FOTOGALERÍA
16.12.2017

Ruinas de Copán, Copán, Honduras
Ha pasado mucho tiempo ya desde esa vez que decidí ir por primera vez a las Ruinas de Copán. De hecho era para mi como la cereza del pastel de un viaje que decidí emprender en lo que llaman 'la ruta lenca'. Salí desde Tegucigalpa en el carrito familiar: un Elantra 2000 que ha vivido más aventuras que nada, estoy seguro.

En fin. El día que decidí entrar al parque arqueológico, llegué y pagué un mínimo por ingresar. No fueron más de cuatro dólares por mi condición de hondureño. Los extranjeros pagan más. Me ofrecieron el servicio de guías pero no lo acepté. Lo que realmente quería era constatar lo que a lo largo de los años me habían enseñado en el sistema educativo hondureño sobre Copán y su vuelo imperial.

No soy mucho de caminar y hacer ejercicios, mi peso me delata.

Y de hecho ese día de julio estaba muy caliente, tanto que caminar era la opción menos atractiva para un tipo como yo.

Sin embargo, decidí seguir adelante.

Fui el primer visitante en ingresar al parque y unos guacamayos rojos me dieron la bienvenida. Ellos están tan acostumbrados a las cámaras que no se inmutaron cuando me vieron con la cámara. Más bien, siento que me posaban. ¡Buenos modelos!

Otros venían llegando al vuelo. Señoriales, esplendidos... no sé indescriptible para mi. Pero no se puede ocultar una copa de emoción entre la sangre cuando recordás que es el ave nacional de tu país.

Sí, era un niño de 11 años yo, cuando decretaron no sé quiénes (28 de Junio de 1993 bajo Decreto Legislativo No. 36, ahora que recordé que podés buscar cosas en internet), que ellos serían nuestra representante nacional de la fauna.

Es gracioso, porque cuando las ví, me recordé de muchas cosas a la vez. De la Copa América 2007 (mascota oficial), de mi papá, de un vecino que tenía un guacamayo y hasta de la aerolínea Taca (valga la publicidad gratuita) que tiene como logo a esta ave. Pero más de aquellos uniformes que usaron las selecciones de Honduras y El Salvador en los 90, así como un montón de equipos de fútbol salvadoreños.

+ Además: Mirá las fotos recorrido por Ruinas de Copán

Pero debía seguir, además los guacamayos estaban empezando a desayunar y creo que no era yo un invitado al banquete frutal. Así que decidí seguir el camino.

Tras varios senderos entonces llegué al Conjunto Principal -creo que así se llama-.

Te sorprende ver las ruinas, lo que ha quedado, lo que han restaurando y lo que han conservado. Fue inevitable no ver las estelas y querer entender algo de lo que allí está plasmado. Increíble. No encontrás palabras ni explicaciones.

Una vista desde lo alto de una edificación de la plaza occidental del campo de pelota y del inicio de la escalinata de los jeroglíficos. Foto: Gerson Gómez Rosa / El Heraldo.

Una vista desde lo alto de una edificación de la plaza occidental del campo de pelota y del inicio de la escalinata de los jeroglíficos. Foto: Gerson Gómez Rosa / El Heraldo.


Luego ir a la escalinata de los jeroglíficos y no poder si quiera entender cómo se elevaron esas enormes piedras allí, tratar de descifrar es inútil. Cómo tuvieron el tiempo para desarrollar tantas artes y montar una ciudad que vista desde lo más alto, solo la podés resumir como: Imperial.

Fue tanta mi excitación (no busque otra palabra, porque esa es) que no me he dado cuenta que ya estoy en lo alto de la plaza oriental. Quien me lo recuerda son las gotas de sudor que están mojando las piedras sobre las que estoy parado.

Ahora que lo veo bien, ya hay más gente, muchos extranjeros caminan con guías y de pronto, dos mujeres me piden que les ayude a sacarse una foto.

Creo que era alemanas. Su conversación cuando esperan el shot de la foto me deja entrever que son de ese país o de Austria. Qué sé yo. Igual dijeron 'thank you' y se fueron.

+ Una aventura llamada Zambrano

Dicen los textos de historia que entre estas ruinas, cuando la ciudad tuvo su mayor esplendor, unas 21,000 personas vivían aquí y se estima que pudo haber medido unos 24 kilómetros, aunque ahora solo podamos ver dos. Fuera del parque arqueológico, los investigadores han encontrado al menos 3,400 edificios.

Se dice que fue aquí que los mayas desarrollaron las artes, las ciencias y las matemáticas, y que sobre uno de estos edificios se hacían estudios de las estrellas y e tiempo.

Yo no puedo hablar con propiedad de cada edificio. No conozco los nombres y no traje guía. Yo solo quería sentir la magia de Copán. Una ciudad imperial, en la que usted debe estar alguna vez en la vida.