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 La verdad detrás del festejo de Cristiano Ronaldo en la final   

La actitud desmedida de su festejo en un encuentro definido (4 a 1) hizo enojar a los hinchas 'Colchoneros'.

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27.05.2014

Tegucigalpa, Honduras

Tras convertir el cuarto tanto que cerró la goleada del Real Madrid sobre el Atlético en Lisboa, el portugués Cristiano Ronaldo corrió hacia el córner, se sacó la remera y mostró su cuerpo a las cámaras. Pero todo ese show no fue algo espontáneo sino que hay un motivo detrás.

CR7 estaba siendo grabado por una cámara especial, de cine, que siguió toda su actuación en el encuentro decisivo de la Champions League y que va a formar parte de la película Ronaldo, the movie.

El delantero portugués realizó una más de sus particulares acciones de marketing dentro de una cancha y esta vez fue para su film. La actitud desmedida de su festejo en un encuentro definido (4 a 1) hizo enojar a los hinchas 'Colchoneros'.

Cristiano Ronaldo convirtió de penal el cuarto tanto del Real en la final de Lisboa y salió corriendo a un córner, se sacó la camiseta, la tiró dentro del área rival y mostró su cuerpo a las cámaras, una de ellas la de su propia película.

El portugués es un ícono comercial en todo el mundo. Sus ingresos por publicidad alcanzan los 20 millones de euros por año.

En breve, aparecerá una aplicación para dispositivos móviles en la que quedarán registrados sus entrenamientos, pero hasta ahora no se había atrevido al cine.

El delantero se mostró desmesurado en la celebración del cuarto gol, tanto intranscendente y que sólo sirvió para redondear la cuenta del marcador final y su cuenta goleadora en la Champions, elevando su cifra hasta los 17.

Lo que ya nadie esperaba era ese júbilo que mostró al transformar el penalti, que llegó acompañado de una exhibición de su potente dorso al quitarse la camiseta y tirarla en plena área rojiblanca.

Los jugadores del Atlético han apuntado. El Cholo Simeone, también. Los rojiblancos creen que el partido ya estaba cerrado, sentenciado por completo y no han terminado de comprender esa reacción por mucho que Lisboa estuviera en deuda con CR7.

Por el Calderón no ha gustado lo más mínimo esa demostración, esos gritos que aparecieron tras la llegada del cuarto tanto a cargo del máximo goleador de la competición. Prometen venganza.

Consideran innecesarios algunos de los gestos y así se lo recordaron en el mismo terreno de juego. Varane se llevó la peor parte, pero el francés tuvo un pecado de juventud, algo que no consideran en el caso del portugués.