Tegucigalpa, Honduras
En una caravana de cinco vehículos, entre ellos, tres lujosas camionetas y dos patrullas con al menos diez elementos de la Policía Militar, fue trasladado ayer Mario Zelaya de los Juzgados de lo Penal hacia el Centro de Detención Preventiva del Primer Batallón de Infantería, en la aldea de Mateo, Francisco Morazán.
El exdirector del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), fue presentado en los tribunales de justicia a las 9:00 AM, en donde el juez correspondiente le realizó la audiencia de declaración de imputado, que ordenó su traslado al batallón.
A las 12:00 del mediodía, los cinco automóviles salieron del sótano de los Juzgados y trasladaron al reo a su nuevo hogar.
Haciendo uso de las sirenas policiales, la caravana se abrió paso para evitar inconvenientes en el traslado del exfuncionario.
Eran las 12:10 del mediodía cuando la caravana de carros ingresó al batallón, dejando a su paso una gran polvareda que sofocó a los reporteros de los diferentes medios de comunicación. Zelaya, acusado por el Ministerio Público por los delitos de abuso de autoridad, incumplimiento a los deberes de los funcionarios, malversación de caudales públicos, fraude, cómplice de malversación de caudales públicos, entre otros delitos, es el recluso que llegó a ocupar la última celda disponible en la instalación militar.
Se conoció que el exfuncionario estará a la par de un presunto cabecilla de una banda de extorsionadores que el fin de semana fue trasladado desde Choluteca, en donde seguía ordenando acciones delictivas.
Al llegar al módulo de detención, Zelaya, esposado de pies y manos, fue bajado de una de las camionetas y dirigido a la celda, pero antes tuvo la oportunidad de observar a los otros acusados por el robo de los fondos del IHSS.
“Él (Zelaya), pasó frente a ellos con la cabeza abajo, no los miró de frente y ninguno de ellos tampoco le habló”, reveló la fuente.
Los militares dirigieron a Zelaya hasta la última celda del módulo, le abrieron el portón de barrotes y le pidieron que extendiera sus brazos para retirarle las chachas y después que se sentara para quitarle los grilletes de los pies.
Al terminar el proceso, los militares se retiraron y colocaron el enorme candado en el portón, que se abrirá mañana cuando Zelaya reciba sus primeras visitas, las cuales serán autorizadas por el juez que conoce la causa.
Medidas extremas
Fuentes de entero crédito revelaron que Mario Zelaya se encontrará bajo extremas medidas de seguridad, “quizás un poco más que los demás presos”. Según la fuente, el exdirector del Seguro Social corre un grave peligro ya que es señalado como el principal responsable del descalabro financiero en que se encuentra la institución, que no cuenta con el suficiente dinero ni para comprar medicamentos.
Al exfuncionario le explicaron que no podrá tener aparatos electrodomésticos, tampoco teléfono celular y que las visitas tienen un horario establecido, ademas que deberá comer de la misma comida que ingieren los soldados.
Por razones de seguridad, se tiene prohibido que los familiares y amigos le lleven cualquier tipo de alimentos.