La contaminación consume el Lago de Yojoa
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Bajo la presión destructiva de la mano del hombre, la belleza escénica del Lago de Yojoa vive momentos oscuros.
La cristalinidad se perdió, el espejo de agua es de opaco a verdoso debido al lirio acuático, sucio, producto de una contaminación descontrolada.Hay plomo, zinc, cadmio, cobre, heces humanas y de animales, residuos de productos químicos y las licencias ambientales para ampliar las actividades en la zona se siguen dando sin restricción.
Basta asomarse por el balcón de uno de los restaurantes que han proliferado sin control o pararse en la orilla de carretera para ver la podredumbre.Desprotegido, el depósito de agua dulce más importante de Honduras sobrevive por el poder regenerativo de la naturaleza.
La actividad humana en la cuenca es descontrolada y el reflejo del daño es notorio a medida transcurren los años.El almacenamiento del agua disminuyó y en historias de ancianos quedó la afirmación de que el agua del lago algún día llegó hasta la carretera CA-5.
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La Unidad Investigativa de EL HERALDO, a partir de estudios nacionales e internacionales, visitas in situ, opiniones de lugareños y expertos, muestra la situación actual del desamparado Lago de Yojoa.
Nueve municipios en tres departamentos (Cortés, Santa Bárbara y Comayagua) aprovechan las bondades que ofrece la cuenca, aunque no son muy certeros en su conservación.Incluso existe una ley exclusiva, llamada Hondulago, publicada desde 2009 -que nunca pasó del papel- destinada a coordinar acciones entre diversas instituciones para protección.
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Contaminado
“Se mira más seco y sucio”, expresó Josué Aparicio, turista que llegó a la zona desde la ciudad de San Pedro Sula. Esa misma óptica tienen la mayoría de las personas que transitan por el Lago de Yojoa.
Tienen razón, pero hay que dividir la situación en dos matices: una es la disminución en el ancho y largo, y la otra -y más preocupante- la contaminación excesiva en el agua.
En la primera hay un motivo actual diferenciado, ya que la Unidad Investigativa de EL HERALDO encontró que las compuertas del embalse Yuré -principal afluente de agua- están cerradas desde finales del 2021.
La Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) las bloqueó hace unos siete meses para darle mantenimiento a un canal de concreto que sirve de comunicación entre el embalse y el deprimido Lago de Yojoa. Sin el flujo de agua llegando, la cantidad de líquido comenzó a disminuir más de lo normal.
A esto hay que sumarle que, del otro lado, la Central Hidroeléctrica Cañaveral continúa drenando el Lago de Yojoa con la misma regularidad que siempre ha tenido.
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Estudios
Ahora bien, el tema de la contaminación en las aguas del Lago de Yojoa es evidente. A las organizaciones que protegen la zona les gusta que le llamen “exceso de nutrientes”, pero en la lengua popular no es más que contaminación.
El daño por este flagelo golpea directamente a un ecosistema compuesto por 407 especies de aves, 54 tipos de mamíferos, 31 especies de anfibios, 73 tipos de reptiles, 29 especies de peces y 802 clases de plantas, algunas de ellas son endémicas. Las actividades humanas responsables del daño son las mismas desde hace décadas, solo que ahora se han incrementado ante el caso omiso de las autoridades del Estado.
Los cuatro estudios citados por la Unidad Investigativa de EL HERALDO son “La contaminación ambiental del Lago de Yojoa”, escrito por el Centro de Estudios y Control de Contaminantes (Cessco); “Temporabilidad de parámetros de calidad en el Lago de Yojoa”, de la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo; “Ficha informativa de los humedales de Ramsar”, del Convenio de Ramsar, y “Ampliación del programa para la regeneración medioambiental del Lago de Yojoa”, realizado por Geólogos del Mundo y otros miembros.
Todos coinciden en que los principales efectos de la contaminación son el exceso de metales pesados (plomo, cobre, zinc y cadmio), contaminación microbiana (incluye heces), exceso de agroquímicos (producto de químicos para cultivo) y modificación del régimen hídrico natural de los ríos.
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La responsabilidad recae en la minería, la ganadería, la agricultura, la modificación del régimen hídrico debido a las minas y carreteras e hidroeléctricas construidas. Aunque también citan fluentes domésticos, de hoteles y de restaurantes que han proliferado sin restricción en la zona de Yojoa.
Todos los aportantes a la contaminación del Lago de Yojoa están amparados con licencias ambientales que les permiten realizar sus actividades sin restricciones y ampliarlas.
En lo que respecta a la población, los estudios estiman hasta 60 mil personas viviendo en las cercanías, aunque la cifra fácilmente podría subir hasta los 80 mil habitantes.
En general, sean nuevos o antiguos, todos los informes sobre la situación del Lago de Yojoa muestran que la situación avanza a medida pasa el tiempo sin que haya control o planificación real para revertir la contaminación.
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