Juicio de JOH mancha a Honduras, pero también deja mensaje a políticos
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Cada vez se acortan las horas para que inicie el juicio contra el expresidente Juan Orlando Hernández (JOH), quien tendrá que defenderse de las acusaciones de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York.
Al tratarse de la primera figura presidencial del siglo XXI en ser extraditado y enjuiciado por delitos relacionados al tráfico de drogas, será un evento que dejará una marca en la imagen internacional de Honduras.
Según analistas, este evento hace que el país tenga una mala reputación en el mundo, no solo por el proceso sino porque, según las acusaciones, el expresidente estuvo relacionado con carteles de la droga, no solo en el país sino de Latinoamérica.
“Nos deja una mala imagen, porque los presidentes son los primeros ciudadanos de un país. Nos coloca a nosotros como un país que ha sido una especie de paraíso de protección para grupos narcotraficantes”, señaló el analista y abogado constitucionalista, Juan Carlos Barrientos.
Barrientos agregó que el hecho de que JOH esté en un proceso judicial en un país extranjero refleja que Honduras tiene un débil sistema de justicia, así como una frágil institucionalidad ya que las mismas instituciones estatales fueron utilizadas para cometer ilícitos.
Por otro lado, el abogado Lester Ramírez relacionó este evento con la Honduras del siglo XX, la cual quedó marcada por ser una república bananera.
“Si antes era la república bananera, ahora es la república del narco. Así como las empresas bananeras corrompían a los presidentes y financiaban guerras civiles, ahora las carteles del narco corrompen presidentes y financian actos de violencia y de criminalidad organizada”, condenó.
El experto se refirió a la relación de Hernández como presidente con carteles de la droga, pero también a la red que construyó con su hermano, el excongresista Antonio “Tony” Hernández, condenado a cadena perpetua más 30 años en Estados Unidos por narcotráfico, con empresarios, políticos y hasta exjerarcas de la Policía Nacional para traficar droga, según la Fiscalía.
Documentos que se han hecho públicos mencionan a detalle los lazos de los hermanos Hernández Alvarado con narcos, quienes hasta financiaron la campaña presidencial del mismo JOH.
Estas acciones ya han repercutido en el país, pero cuando el juicio inicie el impacto puede ser mayor e impactar en el sector económico. Según el analista político, Raúl Pineda Alvarado, incluso, generaría una mala la imagen turística de Honduras. También influiría en la aplicación de fondos beneficiarios.
Juan Carlos Barrientos es de la opinión de que el juicio contra Hernández es un mensaje de los Estados Unidos hacia la clase política hondureña, el cual no es nuevo, sino que viene desde finales de años ochenta cuando el exmandatario de Panamá, Manuel Noriega, fue extraditado por el país norteamericano.
Noriega era reconocido por los Estados Unidos y pese a ello, la nación del norte invadió Panamá para llevárselo y juzgarlo por acusaciones relacionadas al narcotráfico.
Independientemente de si se trata de una figura presidencial, Barrientos subrayó que el narcotráfico es uno de los delitos más sensibles para los Estados Unidos junto al terrorismo y crimen organizado, y por ende, poco tolerado. Por ello, el juicio también es un claro aviso para los políticos que se encuentren involucrados en estas actividades.
Además, consideró que no solo la figura del expresidente en este juicio perjudica la imagen del Partido Nacional, sino también las personas cercanas a JOH.
“Mejor deberían de desaparecer de la arena política, porque le hacen mucho daño al Partido Nacional. Si continúan ahí, le van a hacer mucho daño a su partido y van a estigmatizarlo de tal manera que difícilmente va a volver a ganar otro proceso electoral”, advirtió Barrientos.
El Partido Nacional, por su parte, ha mostrado una postura alejada de Hernández. El mismo jefe de bancada de esa institución política en el Congreso Nacional, Tomás Zambrano, aseguró que “Estados Unidos está juzgando a JOH, no al Partido Nacional”.
El problema es que hay desconfianza de la población, pues varios exfuncionarios nacionalistas y de otros partidos también fueron mencionados en la Lista Engel, por ser considerados “actores corruptos y antidemocráticos”. Otros, fueron nombrados por la justicia hondureña o están prófugos y tiene orden de captura pendiente.
Ante todo lo que acontecerá a partir del 12 de febrero, desde la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) también se pronunciaron sobre el caso de JOH.
“Hay que recordar que nadie está por encima de la ley y todos debemos actuar en consonancia con ella. El expresidente está siendo juzgado, pero es la punta del iceberg porque la realidad es mucho más profunda y ustedes lo saben y yo lo sé”, dijo Juan Ángel López, portavoz de la CEH.
No obstante, desde la perspectiva de Lester Ramírez, este mensaje en Honduras no está teniendo un eco tan significativo en el país.
“Esto va a ser un tema que va a desgastar el Partido Nacional por varios años y que se lo van a sacar de cara, pero la población no ve que sea un problema que les afecte, más allá de la imagen internacional”, expresó. A juicio de Ramírez, solo quedará como una anécdota.
Para Pineda Alvarado, por su parte, el mensaje traspasa fronteras, porque “el hecho de que se pueda condenar a un presidente como JOH significa que los norteamericanos tienen un brazo muy largo y poderoso y que pueden enjuiciar a cualquier presidente latinoamericano que se involucre en estas actividades”.
Asimismo, resaltó que la importancia del juicio no recae en la condena de un presidente de un país modesto como lo es Honduras, sino ese mensaje para otros gobiernos que han recibido dinero de la narcoactividad con destino a Estados Unidos.
De acuerdo con la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, Hernández conspiró para importar sustancia controlada a los Estados Unidos, siendo ese uno de los tres delitos por los que se le acusa.
El segundo es usar o portar armas de fuego, ayudar e instigar al uso y el porte y la posesión de armas de fuego y, el último, conspiración para usar o portar armas de fuego incluyendo ametralladoras y dispositivos destructivos.
Desde el punto de vista de abogado Raúl Pineda, el juicio puede ser un parteaguas, ya que grupos que están involucrados estarán bajo la mira e investigación de Estados Unidos y, según informó el Ministerio Público, también de Honduras.
“Esto trasciende más allá del presidente, y se orienta más a situaciones que tienen que ver con grupos, con sistemas, con carteles, con organizaciones, que son las que verdaderamente hacen el mayor daño a la gobernabilidad democrática”, indicó.
Incluso los mismo abogados afirman que este juicio puede marcar un antes y después en la historia de Honduras, cambiando la relación política del país con Estados Unidos. Esto provocaría que los personajes de la época de JOH vayan desapareciendo y que surja una nueva tanda de políticos libres de nexos con narcotráfico.
No obstante, esta perspectiva optimista no ocurrirá y el futuro no cambiará si desde la ciudadanía no se exigen los cambios, manifestó Lester Ramírez, analistas independiente .
“Las leyes no han cambiado, las instituciones no han cambiado, los controles no han cambiado, no hay presión internacional para que se cambien las cosas”, aseveró.
Este mismo escepticismo es compartido por la Conferencia Episcopal, pues a través de su portavoz, afirmaron que en el país la situación no mejorará si el narcotráfico y crimen organizado siguen prevaleciendo.
Barrientos y Pineda reconocen que combatir la intromisión del narcotráfico en la política es sumamente complejo, pero que un paso importante que se debería considerar es una fiscalización más exhaustiva en investigar de dónde provienen los fondos con los que se financian las campañas electorales, al igual que una profunda limpieza en la instituciones policiales y militares.
Y es que los mismos documentos de la Fiscalía dicen que Hernández recibió dinero de Joaquín “El Chapo” Guzmán, en ese entonces líder del Cartel de Sinaloa en México; así como Víctor Hugo Díaz Morales, alias “El Rojo” y Alexander Ardón, líder del cartel de los hermanos AA.
Ardón fue uno de los narcos presos en Estados Unidos que delató a JOH en el juicio contra su hermano, “Tony”, y la Fiscalía afirmó que también será uno de los testigos en el juicio que se desarrollará a partir del 12 de febrero de 2024.
Este proceso que JOH compartiría con el exjerarca policial, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla, y Mauricio Hernández Pineda, ahora lo enfrentará solo, pero abogados penalistas dicen que, tanto Bonilla como Hernández Pineda, podrían ser importantes testigos para hundir a Hernández frente al jurado y al juez Kevin Castel.
Sumado a ello, Castel denegó la solicitud de JOH de aplazar el juicio para un período de entre tres a seis meses y, a su vez, no permitió que la defensa aplicara un cuestionario escrito al jurado. Esto da claros indicios de que Castel no tendrá consideración durante el proceso.
El juez ratificó que el juicio se desarrollará el 12 de febrero de 2024 a las 9:30 de la mañana en Nueva York (8:30 hora de Honduras).
Hernández tendrá que defenderse por tres delitos, pero los expertos no avizoran un panorama nada alentador. Incluso, afirman que durante el juicio se mencionarán más nombres de políticos, empresarios y personas ligadas al narcotráfico, no solo de Honduras sino de otras naciones.