Lujosos ranchos, potreros y miles de cabezas de ganado en la Biósfera del Río Plátano

A pesar de ser Patrimonio de la Humanidad, la Biósfera del Río Plátano ha sido vendida; sus dueños mantienen cerrados con portones sus ranchos y a través de ellos cruza la carretera ilegal de 100 kilómetros

Estimaciones apuntan a que en la Biósfera del Río Plátano y Reserva del Hombre hay posicionados entre 1,300 y 1,800 ganaderos que aprovechan el espacio para sus animales.

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GRACIAS A DIOS, HONDURAS.- Para avanzar por la carretera ilegal en la Biósfera del Río Plátano es necesario pedir permiso a los dueños de lujosos ranchos y propiedades.

La vía de comunicación atraviesa los terrenos de los ganaderos que son dueños de las zonas y tienen cerrados los accesos para tener el control.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus se internó en la carretera ilegal que conecta Olancho con Gracias a Dios y evidenció cómo es el manejo de la tierra en la zona.

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La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus evidenció que la carretera ilegal que conecta Olancho con Gracias a Dios avanza en medio de ranchos donde para pasar hay que pedir permiso.

Vendido

La Reserva del Hombre y Biósfera del Río Plátano, considerada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO) como Patrimonio de la Humanidad, está vendida.

La repartición de la zona data de años atrás, aunque los nuevos dueños continúan llegando, ubicando sus ranchos, cercando sus manzanas de tierra con alambres de púas y preparando sus potreros paras sus miles de cabeza de ganado.

Se calcula que en la zona hay entre 1,300 y 1,800 ganaderos que aprovechan la tierra.

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La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus evidenció que en los primeros 60 kilómetros de carretera los ranchos y potreros se encuentran en los extremos de la carretera, bien delimitados, pero sin interrumpir el paso por la ilegal vía de comunicación de la Biósfera.

La situación cambia más adelante, pues la carretera atraviesa los ranchos y para poder pasar hay que abrir los portones de propiedades “privadas” ante la vista de los dueños que aprueban o no el tránsito de las personas.

Esa parte de la Biósfera del Río Plátano está totalmente controlada y la portación de armas y uso de radios es común entre los propietarios.

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Algunos de los portones están bien cerrados, por lo que se necesita maniobrar para poder abrirlos y luego cerrarlos para no causar incomodidad a los dueños.

En el caso de los potreros, son miles de manzanas de tierra donde miles de árboles fueron talados para poder realizar el cambio de suelo y convertirlo en espacios para alimentar las cabezas de ganado.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus pudo evidenciar durante el recorrido en la carretera ilegal que la cantidad de ganado es incalculable y las bestias llegan hasta donde la vista alcanza.

Para el caso, los ganaderos utilizan numeración en sus animales, algunos vistos por este rotativo superaban los 11 mil ejemplares en una procesión inmensa de bestias.

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En otras zonas de la carretera ilegal, específicamente en las partes altas, se pudo evidenciar tractores que realizaban nuevas aperturas hacia ranchos que están más ocultos.

Otras brechas son dirigidas a los ríos Wampú, Aner y Patuca, en una serie de conexiones que solo los ejecutores entienden para qué las construyen.

A partir del kilómetro 90, ya casi para llegar a Krausirpi, Gracias a Dios, la cantidad de ranchos se reduce drásticamente debido a que la zona es parte de la Reserva Tawahka y no ha sido totalmente negociada con los ganaderos para convertirla en espacio de producción de carne, lácteos o alimentación de ganado.

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Biosfera Río Plátano
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