Así recordó la reina Isabel al príncipe Felipe durante homenaje
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LONDRES, INGLATERA.- A casi un año de la muerte del príncipe Felipe y después del fin a las restricciones por la pandemia del covid-19, la reina Isabel II, sus hijos, nietos e invitados rindieron honor al duque de Edimburgo.
Desde la muerte del esposo de la reina, sus apariciones han sido escasas y las enfermedades le han impedido estar presente. Recientemente se contagió de covid-19.
En estas pocas apariciones públicas, Isabel ha dejado claro que está devastada por la muerte de su esposo por más de 73 años. Incluso, en el mensaje de Navidad dijo extrañar su mirada traviesa y su “sonrisa familiar”.
En esta ocasión, la reina dejó claro que está saludable y que aún muerto sigue honrando a su esposo.
Para la misa en su honor, la reina, así como su hija Ana y su nuera Camila, optaron por vestir de verde militar, el color favorito de Felipe.
Además, la reina “decoró” su atuendo con un broche de oro amarillo con rubíes y diamantes que le dio su esposo en 1966.
La reina también supervisó que los arreglos florares fueran en blanco, azul y rojo, ya que esto significaba la carrera como marino de su marido y otras que la pareja eligió para el día de su boda el 20 de noviembre de 1947.
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Enferma
En un inicio se temió que la reina Isabel no asistiera por los problemas de salud que ha enfrentado en los últimos meses.
De hecho, la reina no ingresó a la Abadía de Westminster por la entrada principal y lo hizo por un costado y acompañada de su hijo Andrés, quien reapareció en público tras llegar a un millonario acuerdo con la mujer que lo acusó de abuso sexual.
Isabel, entró por su cuenta, apoyada de un bastón que le ha ayudado a moverse con mayor facilidad tras la rigidez que asegura tiene en las piernas.
Además, se conoció que la misa de acción de gracias, que fue supervisada directamente por la misma reina , se acortó a 40 minutos para evitar sobre cansarla.
Su silla también fue acolchonada con un cojín extra para su comodidad.
Durante la misa fue inevitable que las lágrimas rodaran por el rostro de la monarca. El objetivo de este homenaje era dar gracias por la vida y la dedicación del duque de Edimburgo a la familia, la nación y la Commonwealth.
A la ceremonia asistieron cerca de 1,800 personas, entre los que se encontraban otras monarquías de europa, incitados especiales y miembros de las organizaciones a las que sirvió por tantos años Felipe.
El año pasado no se pudo hacer este servicio en honor a Felipe por las restricciones de la pandemia del coronavirus.