Mataron por odio y placer: ellos son los 10 peores asesinos seriales de Argentina

Mataron y violaron por odio, placer, morbo y hasta por un fetichismo, conoce a los 10 peores asesinos seriales de Argentina.

Según los medios argentinos estas personas no tienen nada que envidiarle a los asesinos más temidos de la historia. Mataron y violaron por odio, placer, morbo y hasta por un fetichismo. Conoce a los 10 peores asesinos seriales de Argentina.

Fotos: Cortesía

El asesino puntual
Francisco Laureana era un artesano que tenía el físico de un atleta que atacaba a sus víctimas los miércoles y los jueves a las 6:00 de la tarde.

El asesino elegía víctimas que tomaban sol en los chalés. “El predador acechaba desde afuera y daba el zarpazo ante el menor descuido. Atacaba los miércoles y jueves a las 18. Como todo serial, vivía una etapa de enfriamiento entre cada crimen”.

Laureana mató, en 1975, a once mujeres y niñas y atacó a otras tantas. Mataba estrangulando, ahorcando, disparando. De cada víctima se llevaba un objeto, que guardaba en una bota. No dejaba rastros y a veces volvía al lugar del hecho para rememorarlo.

Psicópata “camaleónico”
Claudio Gil fue definido por los psicólogos como un psicópata “camaleónico” que fingía y buscaba adaptarse para sacar provecho o establecer relaciones parasitarias. “Posee una ambigüedad sexual y odia a los homosexuales”.

En 1997, tras cinco años en prisión por robo, mató a cuchillazos al comerciante Alberto Herrera, a quien además quemó adentro de su auto. Además, atacó a golpes a su propia madre, a quien también quemó con agua hirviendo.

Marcelo Antelo
Marcelo Antelo, 26 años, fue condenado a cadena perpetua por cuatro asesinatos ocurridos entre febrero y agosto de 2010 en la villa 1-11-14. Si buscas su nombre en Google saldrá: “Ocupación: asesino serial”.

Sus víctimas fueron Jorge Mansilla, Rodrigo Ezcurra, Pablo Zaniuk y Marcelo Cabrera, a quien mató de nueve balazos, a quienes asesinó cuando se le cruzaron por la calle.

El asesino de la marca
El matador buscaba a sus víctimas cerca del mar, en los hoteles alojamientos y en cabarets. Su primera víctima fue encontrada el 18 de octubre de 1987, fue violada y la estrangularon con su ropa interior.

Su nombre era Celso Arrastía, a quien detuvieron después de que le encontraran prendas de algunas de las víctimas. Se supo que el sospechoso captaba víctimas en el cabaret de su novia. Un año después, la Cámara Federal lo condenó a 25 años de prisión. Pero sólo pudieron probar dos de los cinco femicidios.

El loco del martillo
Aníbal González Higonet es conocido como “el Loco del Martillo”, era un hombre de bigote, pelo ondulado y un rostro digno de la galería tremebunda de Lombroso.

Le imputaron los crímenes de Rosa Risso de Grosso, de 65 años, Virginia Riquel, de 80, y Nelly Mabel Fernández, de 55. El hijo de Grosso fue hasta la comisaría y descubrió que Higonet tenía puesto un saco suyo, que había sido robado durante el crimen. El martillo con manchas de sangre apareció en un baldío de Lomas de Mirador. Horas después, el homicida confesó con lujo de detalles. “Sólo quería robar. Las maté para no dejar testigos”, dijo.

El ángel negro
Carlos Eduardo Robledo Puch, conocido como “el ángel negro”, le preguntaron por qué mató a un hombre mientras dormía, miró al interrogador y le respondió: “¡Qué quería, que lo despertara!”

Fue el asesino más famoso de Argentina, mataba a sus víctimas por la espalda o cuando dormían. Entre el 15 de marzo de 1971 y el 3 de febrero de 1972, Robledo mató a balazos a once personas.

El Petiso Orejudo
Sobre la leyenda de Cayetano Santos Godino, el Petiso Orejudo, matador de niños y piromaníaco, se han escrito libros, obras de teatro, filmado películas y hasta pintado cuadros.

Fue descrito como un monstruo que robaba niños. Elegía como los ogros de los cuentos fantásticos, los niños más hermosos y más tiernos: de cuatro a seis años. Para atraérselos utilizaba en vez de la varita mágica de los encantadores, algunos caramelos. Caín tendidos en sus mentiras y luego los llevaba a lugares oscuros donde los mataba lentamente.

El infanticida
Cayetano Domingo Grossi es considerado el primer asesino serial de la historia por asesinar a tres de sus hijos, nacidos de las violaciones a las que sometía a sus dos hijastras.

El asesino de taxistas
Ricardo Luis Melogno asesinó a Ángel Redondo, Carlos Alberto Cauderano y Juan de la Santísima Trinidad Gálvez, todos taxistas.

El asesino fue detenido por la denuncia de su hermano y desde entonces está preso en el psiquiátrico de la cárcel de Ezeiza.

El “Concheto” Alvarez
Un investigador lo comparó como Clark Kent: “Usaba lentes, traje, parecía torpe y bueno, pero cuando robaba le salía el lado salvaje, monstruoso, hasta parecía cambiar de forma”, dijo el pesquisa.

Lo detuvieron un mes después en la casa donde vivía con su familia. En su cuarto, los policías hallaron recortes del diario La Nación de 1972, donde aparecían los crímenes y las reconstrucciones ante la policía de Carlos Eduardo Robledo Puch, el llamado Ángel Negro, que vivía muy cerca del barrio donde se crío Álvarez.

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