Andrés Escobar: El jugador colombiano cuya vida terminó por un autogol

Durante la Copa del Mundo de la FIFA Estados Unidos 1994. En un partido crucial contra el equipo local, Andrés Escobar, en un intento de desviar un centro, marcó un autogol que contribuyó a la eliminación de Colombia del torneo. Esta es su historia...

Foto: Redes sociales

Andrés Escobar era un defensor apreciado tanto en su país natal, Colombia, como en el extranjero. Su carrera profesional estaba en ascenso, y era considerado uno de los pilares de la selección colombiana.

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Comenzó su carrera profesional con el Atlético Nacional en 1987, donde ganó varios títulos nacionales, incluida la Copa Libertadores de 1989.

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En 1990, Escobar se mudó a Europa para jugar en el club suizo del Young Boys. Pasó allí dos temporadas antes de regresar a Colombia para jugar nuevamente en el Atlético Nacional. En 1993, ayudó al equipo a ganar el campeonato colombiano y fue nombrado además como el mejor defensor de la temporada.

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En 1994 fue seleccionado para jugar y capitanear a Colombia en la Copa del Mundo que se celebrada en los Estados Unidos.

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La selección colombiana llegó con un optimismo desbordante, impulsada por una actuación excepcional en la fase de clasificación y una serie de destacados jugadores

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Sin embargo, el periodo previo a la disputa de aquel Mundial no fue precisamente ideal. Aumentaron los rumores de que sindicatos de apuestas y cárteles ejercían su influencia sobre la selección colombiana. Incluso se dio la noticia de que su entrenador, Francisco Maturana, recibió amenazas de muerte para presionarlo.

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El inicio de los partidos no pintó bien para la selección colombiana. Fueron derrotados 3-1 contra Rumanía.

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En el segundo partido de la fase de grupos que fue contra Estados Unidos las cosas empeoraron, ya que buscando cortar un centro del centrocampista estadounidense John Harkes, Escobar se lanzó al suelo para golpear el balón y despejarlo, con tan mala suerte que fue directo a la portería.

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Escobar se lamentó sobre el suelo después de aquel terrible error, el primer gol en propia meta de su carrera. Se levantó consternado, pero continuó recuperando la compostura para terminar el partido más difícil de toda su carrera, en el que todo el mundo era consciente de la importancia de aquella terrible jugada.

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Tras esto, Colombia quedó eliminada del torneo. La presión y la crítica implacable de los medios de comunicación, sin embargo, Escobar declaró a un medio colombiano “tenemos que seguir. La vida no puede terminar aquí. Sólo tenemos dos opciones: o dejamos que la ira nos paralice y la violencia continúe, o nos sobreponemos y hacemos todo lo posible por ayudar a los demás. Es nuestra elección. Por favor, mantengamos el respeto. Mis más cordiales saludos a todos. Nos volveremos a ver pronto porque la vida no acaba aquí”.

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Pero el 2 de julio de 1994, solo diez días después de su fatídico autogol, Andrés Escobar fue asesinado a tiros en Medellín, Colombia.

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Fue interceptado por un grupo de hombres en el exterior de un club de Medellín. Se burlaron de él por el autogol, pero el capitán colombiano trató de razonar con ellos desde su coche, insistiendo en que fue un simple error.

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Según los informes, que fueron publicados por la CNN, los testigos oculares vieron cómo uno de los hombres sacó una pistola calibre 38, disparó a Escobar seis veces y lo mató, gritando “gol” cada vez que apretaba el gatillo. Tenía 27 años.

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La noche siguiente, la Policía arrestó a Humberto Castro Muñoz, guardaespaldas y chofer de los hermanos Galón, una pareja de poderosos delincuentes y narcotraficantes.

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Se cree que los hermanos Galón habían perdido mucho dinero apostando a que Colombia ganaría el Mundial y culparon a Escobar del fracaso del equipo. Muñoz fue sentenciado a 43 años de prisión, pero solo cumpliría 11 antes de ser liberado por buena conducta. Los hermanos Galón, por su parte, fueron absueltos.

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La muerte de Andrés Escobar conmocionó a la nación y su funeral atrajo a más de 100.000 personas, que siguieron al vehículo que transportaba su cuerpo hasta el cementerio. En su funeral, el presidente de Colombia, César Gaviria, dijo que el futbolista fue víctima de la “violencia absurda” que afecta al país, mientras los fans gritaban “¡Justicia!”.

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