Henry Marvin Cabrera, voz emblemática de la narración deportiva en Honduras

Henry Marvin Cabrera: De las calles de Danlí, vendiendo pan, a convertirse en una de las voces más emblemáticas de la narración deportiva en Honduras.

El danlidense recordaba con cariño cómo su infancia estuvo marcada por su pasión por el fútbol, jugando como portero y soñando con ser un narrador.

El inicio de su carrera en la narración se dio en las calles de su pueblo, narrando partidos imaginarios mientras vendía pan para ayudar a su familia.

Desde 1978, Henry Marvin Cabrera fue una figura clave en Radio América, donde construyó una exitosa carrera de más de 40 años en la narración deportiva.

Cabrera confesó en una entrevista a Tic Tac de EL HERALDO que su voz, profunda y única, ha sido su carta de presentación a lo largo de su vida, siendo reconocida al instante por su audiencia.

Dentro de sus anécdotas rememoró la ocasión en la que Marcelo Bielsa, entrenador argentino, lo felicitó durante el Mundial de Sudáfrica 2010, expresando su admiración por la poderosa voz de Cabrera.

La Copa del Mundo de 1982 fue un momento clave en su carrera, donde narró el primer gol de Honduras en un Mundial, anotado por Héctor “Pecho de Águila” Zelaya.

El legado de Cabrera se extiende a siete mundiales, convirtiéndolo en una figura clave en la cobertura deportiva hondureña a nivel internacional.

La narración deportiva, una pasión que surgió en su infancia, se convirtió en su profesión y lo llevó a recorrer el mundo, incluyendo coberturas en los cinco continentes.

Como hombre de familia, el periodista deportivo contó a EL HERALDO que el dolor más grande de su vida fue la muerte de su madre, Enma Cabrera, una pérdida que lo acompañó toda su vida.

La narración del básquetbol fue su primer paso en la radio, improvisando una transmisión cuando los locutores no se presentaron, lo que lo lanzó a su carrera como narrador.

Realizado y satisfecho de su carrera, así se consideraba Henry Marvin Cabrera, tras destacar sus logros personales y profesionales que lo definieron como una leyenda de la narración hondureña. ¡Hasta siempre a la voz de trueno!