El motivo por el que El Chavo del 8 es huérfano y cómo llegó a la vecindad

La historia conmueve desde todos los ángulos posibles: un niño de ocho años, sin familia, pobre, viviendo solo en un viejo barril, anhelando los juguetes de los niños vecinos, recibiendo golpes cada vez que comete un error, eligiendo un sandwich de jamón cuando se le presenta la oportunidad de pedir un deseo. Todo alrededor de El Chavo del 8 moviliza hasta al más duro. Aquí te recordamos cómo llegó a la vecindad el Chavo del 8.

La historia conmueve desde todos los ángulos posibles: un niño de ocho años, sin familia, pobre, viviendo solo en un viejo barril, anhelando los juguetes de los niños vecinos, recibiendo golpes cada vez que comete un error, eligiendo un sandwich de jamón cuando se le presenta la oportunidad de pedir un deseo. Todo alrededor de El Chavo del 8 moviliza hasta al más duro. Aquí te recordamos cómo llegó a la vecindad el Chavo del 8.

Foto: Instagram @florindamezach1

En el spin off de su vida, el Chavo podría contar que nunca conoció a su padre y que solo mantiene un puñado de recuerdos de su madre, una mujer que hizo lo que pudo. Que lo dejaba en una guardería porque maternizaba sola y trabajaba muchas horas para cubrir los gastos familiares.

Foto: Instagram @carlos_kiko1

Que cada noche al terminar su jornada iba a recogerlo, aunque debido al cansancio a veces no se daba cuenta qué niño le entregaban y se llevaba a otro, dejándolo solo en la institución. Hasta que una noche no pasó a buscarlo, y pasó otra noche, y días completos, y ya nunca más se supo de ella, y el Chavo finalmente terminó alojado en un orfanato.

Foto: Instagram @carlos_kiko1

Rodolfo Pietro Filiberto Raffaelo Guglielmi, tal era su nombre real en la serie, jamás recibió una visita mientras estuvo en el hogar. Tampoco apareció una familia con intenciones de adoptarlo. Por el contrario, padeció el maltrato de la señora Martina, una celadora que no quería a los chicos.

Foto: Instagram @carlos_kiko1

Caminó solo y perdido durante días, hasta que una fuerte tormenta lo obligó a buscar refugio y así llegó a la vecindad. Con una gorra con orejeras a cuadros, un pantalón beige enorme sostenido por un tirante naranja, una remera rayada y descalzo, se coloca delante del personaje interpretado por María Antonieta de las Nieves, quien lo mira sorprendida.

Foto: Instagram @chespirito.ch8

Así comenzaría la historia que nos dejó tantas aventuras en la famosa vecindad.

Foto: Instagram @carlos_kiko1

“¿Niño, te tenías que atravesar justo en el momento que le estoy tomando una fotografía a mi hija?”, comienza a gritar el personaje de Ramón Valdés para sacarlo de foco. El Chavo no dice ni una sola palabra y sólo mira fijamente al hombre. Ya sacado, vuelve a gritar: “Niño, ¿qué tienes?”, a lo que su respuesta lo deja atónito: “hambre”.

Foto: Instagram @chespirito.ch8

Con mucha dificultad para tragar saliva, en una clara muestra de emoción, Don Ramón le ofrece entonces una torta de jamón. Al escuchar estas palabras, el niño comienza a saltar de emoción, pero la alegría dura poco: “¿y yo de dónde voy a sacar una torta de jamón?”, le dice su interlocutor, casi tan pobre como él.

Foto: Instagram @chespirito.ch8

La foto que disparó el recuerdo se transforma en blanco y negro, y otra vez al presente del episodio. “¿Te acuerdas que ese día te regalé un par de zapatos de mi papá?, le pregunta la Chilindrina, y el Chavo los vuelve a emocionar: “¿cómo no me voy a acordar, si todavía los traigo?”.

Foto: Instagram @chespirito.ch8

Desde ese día, El Chavo vive en aquel lugar. Recién llegado vivió en el departamento número 8, donde lo adoptó una señora mayor porque aseguraba que le recordaba a su nieto. Tiempo después, la mujer falleció, llegó un nuevo inquilino a la vecindad del Señor Barriga y el niño tuvo que mudarse al viejo barril ubicado en el patio de entrada al complejo.

Foto: Instagram @chespirito.ch8

A pesar de que por años se creyó que vivía en el barril, tiempo después se supo que sus vecinos, al ver que había quedado nuevamente huérfano, lo invitaban a dormir a sus casas, por lo que pasaba una noche en cada hospedaje y solo se metía en el barril cuando quería llorar o pasar un rato a solas.

Foto: Instagram @chespirito.ch8

En un episodio en la escuela, con el Profesor Jirafales al frente de la clase, El Chavo relata una lección junto a sus compañeros: “Los animales que comen carne se llaman carnívoros; los animales que comen frutas se llaman frutívoros; los animales que comen de todo se llaman ricos”. Para él no existía mejor banquete que un sándwich de jamón ni mayor lujo, que un abrazo de mamá.

Foto: Instagram @chespirito.ch8

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Pobreza
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El Chavo del 8
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