Myriam, la colombiana que compró dos casas vendiendo los chismes de su barrio

Myriam, una mujer de la tercera edad, se ha vuelto viral en redes sociales al asegurar que gana dinero vendiendo los chismes de su vecindario. Más detalles a continuación.

Foto: Captura de pantalla

En los últimos días ha estado en tendencia el nombre de Myriam, una mujer oriunda de Colombia que ha causado revuelo por su peculiar forma de generar ingresos.

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La señora Myriam fue entrevistada por la creadora de contenido Lady Daniella G, a quien le reveló su forma de ganarse la vida, con la cual no le va nada mal.

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“A mí me encanta el chisme, soy chismosa”, resaltó doña Myriam, destacando que disfruta ganar dinero mientras observa y escucha lo que ocurre en su barrio.

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Myriam comienza su “jornada” desde tempranas horas, colocando su silla afuera de su casa para sentarse y monitorear todo lo que acontece en el día.

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Con libreta en mano, va tomando apuntes de todo lo que logró observar sin que se le escape ningún detalle importante.

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A la tiktoker le causó curiosidad si acaso Myriam es capaz de estar las 24 horas del día sentada a la expectativa de buenos chismes. No obstante, la señora le reveló que cuando ella tiene que salir, deja a cargo a su tía para que tome nota de los rumores del barrio.

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“Yo nunca dejo nada a la deriva. Yo tengo mis fotos, mis apuntes con hora y fechas. No me gusta decir mentiras, soy chismosa, pero me gusta que sea con la verdad, con pruebas de que lo que estoy diciendo es cierto”, puntualizó la autoproclamada “Reina del Chisme”.

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A pesar de que algunas personas cuestionan su “emprendimiento”, Myriam sostiene que es completamente rentable porque “el chisme le gusta a todo el mundo”.

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Y es que según Myriam, son los propios vecinos quienes se acercan a ella para consultarle si tiene alguna información importante. A no ser que ellos quieran pagar, ella no dirá nada.

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La atención que le presta Myriam a todo lo que ocurre es sumamente detallada, pues hasta tiene su propio mapa que le permite unir cabos en la información que recolecta, sin que nada se le escape.

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Por ejemplo, Myriam ya tiene “bajo la mira” a uno de sus vecinos que le es infiel a su esposa con otra mujer que también reside en el barrio, así como también una muchacha que sale con un hombre jubilado para sacar beneficio de la pensión de este.

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Myriam le pone un precio a los chismes. Si no son tan trascendentes, cobra entre 5 mil a 10 mil pesos colombianos (entre 1.19 a 2.38 dólares estadounidenses).

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Pero cuando se trata de chismes más comprometedores, “buenos y carnositos” como les llama ella, el precio aumenta mucho más. En una ocasión, llegó a cobrar 700 mil pesos colombianos, equivalente a unos 166 dólares estadounidenses. Los chismes con más alto precio son aquellos relacionados a infidelidades.

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Gracias a este inusual “emprendimiento”, Myriam dice que fue capaz de comprarse dos viviendas. “Este negocio nunca se va a acabar porque el chisme le gusta a todo el mundo”, enfatizó.

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No obstante, no es su única forma de sacarle provecho al negocio. También está dispuesta a cobrar por su silencio en caso de que la persona involucrada en el chisme ofrezca más dinero.

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Su “estrategia de negocio” se expande más allá de sentarse a observar y escuchar lo que ocurre. Myriam comentó que se reúne con sus amigas a jugar juegos de mesas y a medida fluyen las pláticas, se entera de nuevas cosas. Además, agregó que le paga a otras personas que le puedan ayudar a saber más chismes.

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”El chisme es mi vida, me corre por mi sangre y por mis venas las ganas de saber, de contar, de chismosear. A mí me emociona que yo vaya por una parte y me digan ´Doña Myriam ¿Qué fue lo que pasó en tal parte´”, expresó.

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