Genie Wiley, la niña salvaje que fue encerrada por su padre durante 11 años

Pasó casi toda su infancia encerrada en una habitación, aislada y maltratada durante más de una década. Genie Wiley se convirtió en un caso de estudio para los psicólogos debido a su atraso en el desarrollo.

Pasó casi toda su infancia encerrada en una habitación, aislada y maltratada durante más de una década. Genie Wiley se convirtió en un caso de estudio para los psicólogos debido a su atraso en el desarrollo.

Fotos: Cortesía

Genie nació en 1957 y cuando tenía 20 meses de edad, su padre Clark Wiley, creyendo que padecía algún tipo de retraso mental, la encerró a su hija en una habitación.

La separó de su madre casi ciega y su hermano de 6 años de edad, con el pretexto de protegerla.

Hasta la fecha se desconoce su identidad, porque el nombre de Genie fue otorgado por el equipo que que investigó su caso. “El nombre del caso es Genie. Este no es el verdadero nombre de la niña, pero pensamos en lo que es un genio; un genio es una criatura que sale de una botella o lo que sea, y emerge a la sociedad humana más allá de su infancia. Suponemos que en realidad no es una criatura que tuvo una infancia humana“, explicó Susan Curtiss.

Sus padres fueron acusados de abuso, sin embargo, su papá se suicidó un día antes del juicio y que pudiera confesar por qué le hizo eso a su hija.

Su caso despertó mucha curiosidad entre la comunidad de psicólogos de la época, ya que la mejor presentaban un grave retraso en su desarrollo mental. El Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) proporcionó los fondos necesarios para la investigación científica.

Susan, una de las psicólogas de la investigación, se reunió con la niña que pesaba sólo 27 kilos y se movía de forma extraña como con pies de conejo.

A menudo escupía y no era capaz de enderezar los brazos y las piernas. No hablaba, tenía incontinencia y era incapaz de masticar, al principio parecía que solo era capaz de reconocer su propio nombre y la palabra curar.

Su silencio y la incapacidad de hablar hacían tremendamente difícil evaluar sus capacidades mentales, pero en las pruebas que se hicieron, reflejaron más o menos el nivel cognitivo de un año de edad.

Los científicos determinaron que Genie sufría un retraso mental grave, problemas de aprendizaje, memoria y deficiencias psicomotrices.

En pocos meses aprendió varias docenas palabras, aunque su uso era muy limitado. Algunas hacían referencia a colores como “naranja” u otras a “madre” o a verbos como “ir”.

La gran dificultad se encontraba en la gramática, la cual no pudo adquirir. Según los estudios, este hecho reforzó las teorías sobre las etapas de la vida durante las cuales debemos recibir estímulos para desarrollar una capacidad concreta, como es el caso del lenguaje hablado que usamos los humanos.

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