Lorenzo González Cacho, el niño de 8 años brutalmente asesinado mientras dormía

Su muerte consternó a Puerto Rico, donde hasta el día de hoy exigen justicia por el caso. El pequeño Lorenzo González Cacho recibió una brutal golpiza mientras dormía que le quitó la vida. Una de las principales sospechosas es su madre, pero hasta la fecha no se ha logrado dar con el paradero del asesino. Estos son los detalles.

Fotos: Cortesía redes sociales

La madrugada del 9 de marzo de 2010, Lorenzo murió siendo golpeado y herido de gravedad por un asesino. Al momento de su muerte, su madre y sus hermanas estaban en casa.

El caso fue más polémico por las irregularidades en relación a las pruebas y testimonios, que en un principio ponían a la madre del niño y a tres hombres más como sospechosos. Pero con el tiempo y falta de pruebas esto fue descartado.

Cuando todo esto ocurrió Ana Cacho, madre de Lorenzo, y su padre estaban en proceso de divorcio. Pero a pesar de esto Lorenzo siempre tenía una actitud positiva y disfrutaba de la vida.

Pero todo esto terminó cuando cerca de las 05:30 horas de la madrugada de ese 9 de marzo, Ana Cacho llegó al Centro de Tratamiento y Diagnóstico en Dorado con Lorenzo cubierto de sangre. Pocos minutos después, el niño fue declarado muerto en la clínica.

Al ser interrogada, la madre dijo que Lorenzo se había caído de la cama en su casa y que se había percatado de la situación luego que su hija menor la despertara y le dijera “Mami, Lorenzo me mojó con sangre”, según informó el medio Univisión.

Pero esta versión fue descartada por los médicos forenses que realizaron la autopsia, la cual reveló graves lesiones en su cara y cabeza, que incluyeron tres puñaladas en el rostro.

“El niño fue asesinado y tenía una fractura en el cráneo efectuada con un objeto pesado que le pudo causar la muerte”, aseguró el forense de turno.

El experto también detalló que la víctima tenía heridas en la nariz y en un pómulo que le ocasionaron una hemorragia interna, compatibles con una superficie plana (arma blanca). Sumado a esto, el menor habría estado al menos una hora agonizando.

La primera en ser acusada, el 19 de marzo de 2010, fue Ana Cacho. Durante el proceso la madre afirmó ser inocente, pero eso no evitó que perdiera la custodia de sus hijas, quienes fueron sacadas del hogar casi un mes después del asesinato. Perdieron contacto con su madre. Después de Ana surgieron otros tres sospechosos entre ellos su novio, pero todos fueron siendo descartados poco a poco.

Gustavo Rivera Seijo, más conocido como “El Manco”, fue un quinto sospechoso, ya que aseguró que era el asesino y que esa noche entró al hogar, comió en la cocina y al pensar que fue sorprendido por el menor cuando pasó por su pieza, procedió a apuñalarlo. Cabe decir que él era un hombre sin hogar que rondaba por el lugar donde vivían, pero luego de las investigaciones también fue descartado por falta de pruebas.

Hasta la fecha este caso sigue en la impunidad y los puertorriqueños exigen justicia.