Un hoyo de castigo: así es el interior de Cecot, una de las cárceles más grande del mundo

Al menos un año tardó el proceso de ingreso, pero se logró. La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus ingresó al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), ubicada en el municipio de Tecoluca en el departamento de San Vicente, El Salvador

Al menos un año tardó el proceso de ingreso, pero se logró. La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus ingresó al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), ubicada en el municipio de Tecoluca en el departamento de San Vicente, El Salvador. EL HERALDO Plus realizó un recorrido en una de las cárceles más grandes del mundo. Aquí las imágenes de cómo luce este establecimiento y cuál es el proceso para ingresar.

Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO

El equipo periodístico de este rotativo se preparó para poder realizar esta investigación, donde se realizó otras dos visitas a dos cárceles en El Salvador: Mariona y Santa Ana. El proceso fue largo, pero finalmente se logró el ingreso. En poco menos de una hora ya se encontraban frente al anillo de seguridad conformado por las Fuerzas Armadas. Minutos después, se llegó al destino: Cecot.

Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO

Cada punto está resguardado fuertemente por al menos 600 soldados de las Fuerzas Armadas y 250 elementos de la Policía Nacional Civil. Eso no es todo, pues apenas iniciaba el proceso de revisión para poder ingresar. No es fácil ingresar a un terreno donde hay más de 20 mil criminales de al menos tres pandillas: las dos facciones del Barrio 18, Sureños y Revolucionarios, así como la Mara Salvatrucha (MS-13).

Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO

Inicia la revisión del personal, primero el equipo se despojó de todo tipo de accesorios y dispositivos como faja, objetos metálicos e incluso zapatos, los cuales pasan por un escáner. Luego pasan a otra segunda revisión manual. Sigue la revisión del scanner, el cual es capaz de observar a través de la piel, en los órganos, la boca. Finalizado el protocolo, finalmente entraron al cuarto de cámaras de seguridad.

Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO

El módulo tiene un pasillo de al menos 30 metros de ancho y en sus extremos hay celdas con capacidad cada una para 100 pandilleros o un poco más que se pueden ver a través de los gruesos barrotes de hierro. El vistazo fue breve, pues el recorrido era largo.

Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO

Cada una de las celdas cuenta con dos pilas que están en la parte frontal y a la par de ellas el baño y la taza donde se lanza agua y hacen sus necesidades fisiológicas. También estos usan este espacio para bañarse, pero ninguno de estos reos tiene su privacidad.

Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO

Estos espacios de descanso no tienen colchones, sábanas o almohadas, por lo que los pandilleros duermen sobre el hierro. Estos cuartos tienen la capacidad para al menos 100 personas o quizás un poco más.

Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO

En el inmenso módulo no todos los pandilleros están encerrados, a la mitad del lugar está un grupo de cuatro doctores que realiza revisiones médicas a unos presidiarios que están esposados de las manos y pies. Estos privados de libertad reciben atención médica periódicamente.

Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO

Los amplios pasillos también sirven para las actividades de los reos, el ejercicio y la prédica, por ejemplo. Cada uno de ellos tiene el derecho a realizar 30 minutos de ejercicios en el mismo módulo, así como recibir la prédica realizada por otro privado de libertad de otra cárcel que les lleva la palabra de Dios. La Mara MS-13 y la 18 están en la misma celda, pues las autoridades asegurar que tratan de mantener el respeto entre pandillas para evitar el cuarto de castigo.

Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO

El hoyo de castigo es un espacio con tres celdas destinadas a los pandilleros que no cumplan las normas del Cecot, el espacio es sumamente tétrico, no tiene luz ni solar ni eléctrica, solo oscuridad. Apenas hay una plancha de cemento para dormir, una taza para defecar y un balde con una paila para los que deseen refrescarse o bañarse durante su estancia. Nadie quiere estar en ese lugar.

Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO

También hay un espacio para audiencias. Se pudo observar a un muchacho con la cabeza rapada y un tatuaje de la 18 escuchar a un juez que le explicaba sus delitos y que iba a continuar encerrado. Los reos reciben sus audiencias en el mismo módulo a través de una pantalla donde está su abogado y en otra el fiscal conectado con el juez. Los procesos y las condenas son rápidas.

Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO

La última vez que vieron el sol fue quizás el día de su detención. Nadie sale una vez que es recluido, es la ley de Nayib Bukele, presidente de El Salvador, tras la construcción en 2022. Así es el hogar de los criminales en las tierras salvadoreñas.

Foto: Emilio Flores/ EL HERALDO

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