Una de ellas sería la primera presidenta de México: Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez buscan romper hegemonía machista

Al resultar ganadora Sheinbaum este miércoles -6 de septiembre- en un sondeo al interior de su partido Morena, son dos las mujeres que disputarán por primera vez la presidencia de México, pues de momento no se vislumbra un tercer candidato. La candidata de la oposición en Xóchitl Gálvez.

Fotos: AFP/Instagram.

Former Head of Government of Mexico City and presidential pre-candidate for the Morena party, Claudia Sheinbaum, waves as she arrives for an event where the ruling party will announce its candidate for next year's election in Mexico City on September 6, 2023. (Photo by CLAUDIO CRUZ / AFP)

CLAUDIO CRUZ / AFP

Mexican Senator and presidential pre-candidate for the Frente Amplio por Mexico party, Xochitl Galvez (L), and President of the National Action Party Marko Cortes (R) gesture during a press conference at the National Action Party headquarters in Mexico City, on August 29, 2023. (Photo by Rodrigo Oropeza / AFP)

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Yeny Waleska Sarmiento Ramos

Xóchitl Gálvez, a menudo vestida con prendas de tradición indígena, es originaria de un pueblo del central estado de Hidalgo. Xóchitl (flor en idioma náhuatl) nació en una familia pobre, de padre indígena otomí y madre mestiza.

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“Soy hija del 68”, dice la exalcaldesa Sheinbaum, quien reivindica la herencia de las luchas sociales y no haber pertenecido jamás al PRI, el viejo partido hegemónico durante 70 años en el siglo XX.

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Mientras que Gálvez la reta además a hacer campaña por sí misma, sin ayuda del presidente, a quien le atribuyen un favoritismo por la exalcaldesa. “Ella (Sheinbaum) puede sola, que le diga: (...) ‘usted dedíquese a gobernar y déjeme ser la candidata’”, dijo a la AFP.

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Procedente de la burguesía intelectual capitalina, Sheinbaum promete continuar las políticas de López Obrador, cuya popularidad ronda 60% pero limitado a un único mandato de seis años, según la Constitución.

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Mientras que Gálvez se declara liberal y progresista, sintetizando el ideario de los tres partidos que la respaldan: el liberalismo económico del derechista PAN, el ideal de justicia social del izquierdista PRD y la herencia institucional del PRI. “Conmigo, no habrá vuelta atrás a los derechos ganados, tanto de la comunidad LGBTQ+ y de las mujeres”, prometió.

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El proceso de elección de candidato abrió una grieta en el oficialismo, que hasta ahora luce monolítico alrededor de López Obrador, a quien siempre se atribuyó un favoritismo por Claudia Sheinbaum, lo que el presidente niega. Esa fisura podría provocar que Marcelo Ebrard lance su candidatura por un partido independiente.

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Mientras que en el otro extremo una combativa Xóchitl cree que puede recuperar terreno después de haber despertado y unificado a la oposición en apenas dos meses de campaña.

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Favorita desde el inicio de la campaña, Sheinbaum se enfrentará el próximo 2 de junio a Gálvez, senadora y empresaria de origen indígena de 60 años, quien el domingo pasado fue ungida como aspirante de una coalición de partidos opositores.

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Entretanto, sin un tercer candidato en el horizonte, será la primera vez que dos mujeres disputen la presidencia de este país azotado por la violencia del narcotráfico, una plaga de feminicidios y con una larga tradición machista.