Hondureña que murió en centro de detención migró dos semanas después que su esposo para reencontrarse

Juntos procrearon dos niños y como en Honduras no encontraron las oportunidades que querían para su familia, decidieron migrar hacia Estados Unidos, uno primero que el otro, pero con la esperanza puesta en reencontrarse pronto y seguir unidos, pero una tragedia se interpuso en el camino y volvió el “sueño americano” una pesadilla.

Foto: Cortesía

Anyi Karina Peraza Rivera salió de Honduras junto a sus pequeños hijos James Dariel y Liam Matthew, de cuatro y seis años.

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Dos semanas antes se fue su pareja, Orly Navarro, quien logró establecerse en Virginia, Estados Unidos y pronto comenzaron a gestionar el viaje de Anyi y los niños.

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Todo parecía marchar bien, salvo por algunas dificultades propias del camino que cada migrante debe sortear. En la última llamada que tuvieron Orly dice que ella le comentó muy contenta que ya estaba en México y a punto de cruzar el río, que se entregaría a las autoridades de migración y que su prima Yasmín la reclamaría después.

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Pero el 28 de agosto, Yasmín recibió la inesperada visita de agentes de migración que le dieron la trágica noticia de que su prima Anyi murió repentinamente mientras estaba detenida en un centro de migrantes en Harlingen, Texas.

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Anyi había sido detenida el 27 de agosto, por lo que pasó alrededor de 20 horas en el centro de migrantes con sus niños.

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“El domingo me llama ella y me dice: ‘Amor, ya casi voy a cruzar el río y me va a agarrar migración, ya casi vamos a estar juntos de nuevo”, recordaba Orly con impotencia, la que fue su última conversación con su esposa, por lo que él no entendía cómo una mujer que estaba alegre muriera súbitamente poco después.

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El hondureño reveló que sus hijos todavía no saben que su madre murió, pues la última vez que la vieron fue cuando era llevada en una camilla, ya sin vida.

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Según el relato de Navarro, fue su mismo hijo mayor quien se acercó a un agente de migración y, según su padre, le tomó la mano y lo llevó hasta donde estaba su madre enferma para que la auxiliara. “Ella murió abrazando al otro (niño)”, lamentó el hondureño entre lágrimas.

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Los menores todavía permanecen en poder de las autoridades migratorias y no ha podido tener contacto con sus familiares, salvo por algunas videollamadas. ‘Papi, mi mami está muy enferma, se la llevaron para el hospital y no viene’, le dijo su hijo mayor recientemente, pero Orly, aunque se desmoronó internamente, no fue capaz de darle una noticia como esa por teléfono.

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“Mi mami está fría, mi mami no me habla”, recordó el niño haberle dicho al agente de migración, según confió en conversación con su padre.

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A medida avanzan los días se han revelado más detalles que apuntan a que presuntamente Anyi fue evaluada clínicamente junto a los demás migrantes detenidos, como un acto rutinario, pero que no se encontró ningún signo de alarma.

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Al parecer, los otros migrantes que estaban con ella en la celda tampoco recordaban haberla oído quejarse por algún malestar. Únicamente recordaron que en la tarde, cuando se les llevó la comida, ella ya no se levantó.

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Las autoridades hondureñas se encuentran a la espera de lo que revele la autopsia, mientras se intentan realizar los trámites para su repatriación.

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Ahora, Orly intenta recuperar a sus hijos y pretende darles una nueva vida en Estados Unidos, mientras intentan juntos superar la enorme pérdida. “Amor, háblame, dime que todo esto es una mentira, mi niña bella, cómo le voy a explicar esto a los niños, corazón. Por qué, Diosito, me la llevaste, dame una respuesta, Diosito. ¿Qué pasó? Tu eres la luz y la vida de nosotros”, comentó el catracho en su cuenta de Facebook, junto a una fotografía de su amada.

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“Te doy las gracias que luchaste con mis niños, para llevarlos a una zona segura, donde fue peor la tragedia”, agregó, al tiempo que prometió hablarle bien de ella a sus dos pequeños hijos.

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