Niña desapareció de su cama y fue hallada muerta bajo su colchón nueve días después

Paulette Gebara, de cuatro años, desapareció de su habitación en Huixquilucan, Estado de México. Cuando su niñera intentó despertarla para que fuera al colegio, la niña no estaba por ninguna parte, ahí comenzó una exhaustiva campaña de búsqueda que terminó por encontrarla en el lugar menor esperado: su propia cama.

Paulette Gebara, de cuatro años, desapareció de su habitación en Huixquilucan, Estado de México, en marzo de 2010. Cuando su niñera intentó despertarla para que fuera al colegio, la niña no estaba por ninguna parte, ahí comenzó una exhaustiva campaña de búsqueda que terminó nueve días después por encontrarla en el lugar menor esperado: su propia cama.

La pequeña hija de una familia pudiente de México desapareció sin dejar rastro, la buscaron en el apartamento, en todo el edificio y hasta en la piscina del condominio en el que vivía junto a sus padres y hermana, pero no lograban dar con el paradero de la pequeña. ¿Dónde estaba? ¿Alguien la secuestró? ¿Cómo desapareció?

Tuvieron que pasar nueve días para que la menor fuera encontrada entre la base de la cama y el colchón en el que había sido vista por última vez.

Curiosamente cuando Paulette estaba desaparecida, varios medios entrevistaron a los padres, quienes desde la misma cama suplicaban a quien tuviera a su hija que la regresara, pensando que se trataba de un secuestro pues la familia era pudiente.

En otra entrevista familiares de la menor pedían el regreso de la pequeña Paulette y hasta mostraban algunas de sus pertenencias a las cámaras desde la habitación en la que la niña había desaparecido días atrás. Lo extraño del caso es que cuando fue encontrada debajo del colchón llevaba esa misma pijama que había sido mostrada durante las entrevistas.

La pequeña Paulette era una niña que tenía una condición de discapacidad motriz, por lo que requería constantes atenciones especializadas, hallazgos posteriores a su muerte de la menor revelaron cómo habían sido sus últimos días.

En medio de la intensa búsqueda, hubo contradicciones en las declaraciones de los padres. El padre declaró que sabía dónde la iban a encontrar. Sin embargo, reclamaba que necesitaba que le dieran ciertas garantías para poder dar la información que decía tener, mientras que la madre empezó a señalar a su esposo de ser responsable de lo que había sucedido a su hija.

Exactamente, nueve días después de que se dieran cuenta de la ausencia de la niña, fue encontrada entre el colchón y la base de la cama, lo cual dio pie para que las autoridades iniciaran investigaciones contra a.mbos padres y las niñeras de la familia.

El caso alcanzó interés nacional, pues cómo era posible que nadie notara que la niña siempre estuvo ahí, en la cama entre el colchón y la base, esa era la pregunta que el público se repetía una y otra vez. Es más, el caso escaló de ser un caso local a ser investigado por la Procuraduría del Estado de México. En la imagen se observa dónde estaba el cuerpo de la menor.

La pequeña aparentemente se había quedado trabajada entre el colchón de su cama y la estructura y las colchas la ocultaban, ahí en esa posición y sin poder moverse debido a su discapacidad motriz murió supuestamente por asfixia, al menos eso se creía.

Sin embargo, esa versión no convenció a las autoridades que se dieron a la tarea de hallar al culpable, actualmente, ninguno de los miembros de la familia fue encontrado como responsable de lo que le pasó a Paulette y tampoco hay claridad pública de las circunstancias en las que falleció la niña.

De acuerdo con los reportes de la autopsia de la menor, el motivo de su fallecimiento fue asfixia por obstrucción a sus vías respiratorias y una fuerte presión sobre su tronco.

El caso de Paulette generó mucha controversia, pues durante los nueve días que la pequeña estuvo desaparecida acudieron decenas de personas a la habitación. Periodistas y reporteros se sentaron en la cama en donde posteriormente fue encontrada, sin percatarse de que ahí estaba.

El caso incluso llegó a apuntar a un posible abuso por las lesiones que mostraba el cuerpo y que este habría sido colocado entre el colchón y la base de la cama por alguien, muchos días después de su desaparición, sin embargo esto nunca se demostró.

Han pasado 13 años de la muerte de la menor y el caso se sumió en el olvido, dejando muchas preguntas sin esclarecer sobre si se trató de un caso de abuso, un crimen planeado o una verdadera tragedia provocada por un accidente.

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