Hacía poemas a sus víctimas e iba a sus funerales: nuevos detalles de Miguel Cortés, asesino de Iztacalco

Frente a sus familiares, vecinos y compañeros de trabajo parecía ser un hombre culto, amante de las letras, del teatro, de la ciencia y de los idiomas, lo que lo volvía una persona muy interesante para sus víctimas, mujeres a las que abordaba como amigo y posteriormente asesinaba. A continuación los nuevos detalles sobre el feminicida de Iztacalco.

Foto: Cortesía

Miguel Cortés Miranda, de 39 años, gozó de impunidad durante más de una década, en la que asesinó a al menos ocho mujeres (según recuentos preliminares) y al mismo tiempo, fingía llevar una vida normal.

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Su lista de víctimas se detuvo con la adolescente María José Castillo, de 17 años, a quien abusó sexualmente y posteriormente mató con un cuchillo en su propia casa. Miguel Cortés era vecino de la joven y según demuestran los videos de las cámaras de seguridad, el asesino esperó a que la madre de la menor se marchara para cometer los delitos.

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El lamentable suceso ocurrió el 16 de abril de 2024 y ese mismo día fue capturado, gracias a que la madre de María José, quien llegó justo cuando el hombre pretendía marcharse de su casa, lo reconoció como el agresor de la menor. Lamentablemente, el asesino también intentó matar a la mamá de la joven, pero esta fue llevada con graves heridas a un centro médico.

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El crimen atroz ocurrió en Iztacalco, Estado de México, México, donde el sujeto vivía en total anonimato. Trabajaba como químico en un laboratorio, asistía a obras de teatro, donde también actuaba, a marchas por la defensa de los derechos de los animales y era un ávido lector.

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Cuando las autoridades allanaron su casa para indagar más sobre él, se encontraron con una escena aterradora: tenía restos humanos de unas siete personas más, a quienes habría asesinado en diferentes años. También hallaron identificaciones y pertenencias de unas 20 mujeres en total, por lo que se cree que estarían frente a un asesino serial.

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Al comenzar a indagar en los nombres de las víctimas, las autoridades hallaron que algunas tenían reporte de desaparecidas desde 2012. Algunas eran amigas, exparejas y hasta compañeras de trabajo de Miguel Cortés en los laboratorios médicos donde laboró. Otras serían mujeres dedicadas a la prostitución, según informes preliminares.

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Una de sus primera víctimas sería Frida Sofía Lima Rivera, una joven que desapareció en 2015, tras una amistad de al menos dos años con el feminicida. A la fecha de su desaparición ella tenía 22 años.

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La familia de Frida ha revelado recientemente que el sujeto le regaló un libro cuando eran amigos. Casualmente, se trataba de “El Perfume”, el libro de Patrick Süskind que trata de un asesino serial que mata a mujeres pelirrojas para extraer su olor.

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Otras de las infortunadas mujeres que pudo haber caído en las garras de Miguel sería Claudia Andrea, quien fue hallada muerta en su apartamento a finales de diciembre de 2019. Según el hermano de la joven, ella tenía una relación amorosa con Miguel Cortés, pero las autoridades nunca sospecharon de él. El dictamen forense estableció que Claudia murió de causas naturales, pero la familia nunca lo creyó, pues una serie de extraños hechos rodeaban su muerte.

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Claudia fue hallada en estado de descomposición, por lo que se preguntan, ¿por qué Miguel Cortés Miranda no la encontró antes?, ¿dónde estaba y por qué no llegó a casa durante todos esos días?. Además, según el hermano de la joven, en enero de 2020, después de la muerte de Claudia, se siguieron registrando compras con la tarjeta de la mujer, pero nadie supo explicar cómo. Su celular tampoco fue hallado en la casa durante el levantamiento del cadáver.

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Karen Ornelas Baltazar, una mujer que desapareció en diciembre de 2012 y que fue encontrada muerta cerca de la estación Iztacalco del Metro de la Ciudad de México, era compañera de trabajo de Miguel Cortés y también sería una de sus primeras víctimas. Según recordó recientemente una conocida de ambos, Miguel estaba interesado en ir a su funeral cuando la hallaron.

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Según su amiga, ellas acudieron a una fiesta de Miguel Cortés hizo en su casa, cuando era muy tarde, las dos mujeres y otra chica más decidieron quedarse a dormir y él les prestó una colcha para cubrirse. Cuando la testigo despertó se encontró con que Karen ya no estaba y al preguntarle a Miguel Cortés por ella este respondió que la había acompañado hasta el metro para que ella se fuera a su casa. Eso fue lo último que se supo de ella antes de hallarla sin vida.

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Una vez que la encontraron sin vida, “los que fuimos a la fiesta dijimos: Bueno, creo que lo menos que podemos hacer es ir al velorio y Miguel dijo ´yo voy´. Entonces Miguel estuvo en el velorio.”, recordó en una reciente entrevista. Las autoridades concluyeron que Karen murió por una congestión alcohólica, pero sus familiares tampoco lo creyeron.

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Entre las víctimas también figura Amairany Roblero González, quien desapareció en 2012. De acuerdo a los reportes, la chica estaba recién egresada del colegio y su última comunicación habría sido con Miguel Cortés.

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Según información no confirmada por la fiscalía, el nombre de Amairany apareció en la bitácora de víctimas del feminicida, y sus identificaciones fueron encontradas entre las pertenencias halladas en el departamento de Miguel. Sus familiares siguen pidiendo justicia y que el asesino diga qué hizo con ella.

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También está el caso de Viviana Elizabeth Garrido Ibarra, ingeniera bioquímica y madre de una niña. Viviana desapareció el 30 de noviembre de 2018, tras ser vista por última vez en la entrada de la estación del metro Ermita en la alcaldía Benito Juárez. Se cree que era amiga y compañera de trabajo de Miguel Cortés.

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En el perfil de Facebook de Miguel se encuentran extraños escritos, como poemas, pero que al parecer, narran hechos violentos. Un fragmento de uno de ellos dice: “Hace tiempo te vi morir, moriste sepultada por pequeños cristales. Tu piel se manchó de sangre y tu cuerpo cambió de tonalidad a rojo escarlata. Cubierta de sangre, te puse en un altar y lloré a tus pies. Decidí quedarme contigo, mejor dicho, con tu cuerpo inerte; esperaría que en cualquier momento abrieras los ojos, o simplemente moriría a tus pies”.

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“Pasó algún tiempo para que la sangre de tu cuerpo comenzara a cercarse, se formaron grietas que cortaron tu piel, tus dedos comenzaron a partirse y todo tu cuerpo se fragmentaba, te transformabas en polvo. Y la brisa ligera del lugar se llevaba tu cuerpo, pequeñas partículas suspendidas en el aire que volaban a mí alrededor, partículas que alguna vez aspiré y otras tantas penetraban mis ojos. Fue difícil pues aunque yo no quería te fuiste, yo deseaba morir a tu lado pero se volvió imposible”.

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