“Me dice que si no estoy con él me va a matar”: Llamados de auxilio que Erika hizo antes de ser asesinada en un centro comercial de Colombia

Tres días antes de que su expareja la asesinara enfrente de decenas de personas en un centro comercial de Colombia, Erika Aponte Lugo había denunciado a su agresor ante la Fiscalía y narró el calvario que vivía cuando la acechaba. Esas declaraciones han salido a la luz después de la tragedia y dan prueba de cómo la joven madre pidió ayuda a gritos.

Foto: Cortesía

Erika estuvo en una relación con Christian Rincón durante 11 años y en ese tiempo procrearon a su pequeño niño de ocho.

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Durante ese tiempo la pareja se mostraba feliz frente a sus familiares y en las redes sociales, pero detrás de eso se escondía una relación de abuso en la que ella era víctima.

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Según algunas personas cercanas a Erika, ella sufría violencia doméstica, celos, control e infidelidades, pero como su pareja siempre la manipulaba a través del niño era terminaba regresando a su lado.

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Pero en los últimos días, tras descubrir una nueva infidelidad, Erika se llenó de determinación y se fue del hogar que compartía con Christian. Sin embargo, ni él ni sus suegros dejaron que ella se llevara al pequeño.

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Dejándolo al cuidado de los suegros, Erika se marchó a vivir con otros familiares, pero Christian la acosaba en su trabajo en el centro comercial.

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Precisamente, el 11 de mayo, tres días antes de que la matara, ella acudió a las autoridades, a través del servicio telefónico denominado una “llamada de vida”, donde explicó el infierno que vivía y pidió protección.

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“El día 7 de mayo de 2023, siendo las 10:30 p. m., yo estaba realizando el cierre de donde trabajo y Christian se presentó ahí a decirme que necesitaba verme, que me amaba y que quería estar conmigo, me dijo que yo soy la mujer de él y que tengo que estar con él”, relató la joven de 26 años en la denuncia.

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Ella dijo que no le hizo caso y tras cerrar el negocio se dirigió hacia el estacionamiento para abordar su motocicleta e irse, pero él la siguió.

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“Me fui al parqueadero y cuando iba a prender la moto él me dijo: ‘Espere un momento’. Y cogió un cable (de la moto) que había desconectado y lo volvió a conectar. Yo no me había dado cuenta y le pregunté que por qué hacía eso y me dijo que si no lo hacía yo me iba y no lo esperaba. Me dio mucho miedo. Me pudo haber desconectado los frenos”, agregó la mujer aterrorizada.

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Esta era la motocicleta de Erika, a la cual ella se refería en redes sociales con cariño, denominándola “Mi copito”.

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En vista de que no la dejaba tranquila, ella accedió a platicar con él en el camino y siguió narrando: “Arrancamos, me hizo parar en Las Américas con la misma insistencia de que tenía que regresar con él. Me dice por WhatsApp que si no estoy con él me va a matar, me da miedo que me vuelva a buscar en el trabajo o que me haga algo. Las agresiones por parte de él son constantes. Me dice que me ama, pero luego me dice que soy una h*** de p***, una p***, que me fui con otro”.

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La fémina también confió a las autoridades que su expareja amenazaba con matar a su padre y con dañar al hijo de ambos, por eso ella tenía mucho miedo y accedía a hablar con él. “En una ocasión tuvimos una discusión... Se llevó al niño estando borracho... Con esta denuncia espero tener la seguridad y que la Policía me pueda proteger. Le tengo mucho miedo a Christian”, aseguró.

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Las autoridades dicen que le prestaron el acompañamiento necesario y le ofrecieron ir a un albergue para víctimas de violencia, pero ella se negó porque dijo que tenía otro lugar seguro al cual ir. Mientras que la amiga de Erika afirma que solo la protegieron en una vivienda, dejándola sola en su trabajo y en la calle. “Solamente le brindaron seguridad en la casa, es como un tema ‘no me importa’, eso fue... Por favor, sean más conscientes con las mujeres”, reclamó.

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El 14 de mayo de 2023, tres días después de la denuncia y en pleno Día de la Madre, Christian llegó hasta el centro comercial donde Erika trabajaba y le disparó en la cabeza. Él también se disparó en la sien y fue llevado a un hospital, donde murió. Los padres del asesino todavía tenían en su poder al hijo de ambos y se negaban a entregarlo a las autoridades.

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